Habrá otro tipo de cambio financiero diferente al oficial que le facilitará al Gobierno la intervención de forma indirecta en el blue, apuntan desde Empiria Consultores
Con el lanzamiento de los Certificados de Depósitos para Inversión (Cedin), el Gobierno consolidará el “desdoblamiento de facto” del mercado cambiario argentino “con varios tipos de cambio financieros diferentes al oficial”, advierte el último informe de Empiria Consultores que dirige el ex gerente del Banco Central Hernán Lacunza.
“El Gobierno parece confiar en que el Cedin permita intermediar entre contener el mercado informal sin perder reservas, erigiéndose en un sucedáneo del dólar billete que atraiga la demanda por moneda extranjera a un precio cercano al blue y alternativo a las opciones disponibles”, destacaron desde Empiria Consultores. Según su análisis, la operatoria del Cedin se sumaría a la del Contado con Liquidación y al tipo de cambio que surge de comprar bonos en pesos y venderlos en dólares en la bolsa y “le serviría al Gobierno para intervenir indirectamente en la paridad informal con mecanismos semejantes a los que usó Venezuela en momentos de tensión cambiaria”.
“El dólar blue seguiría existiendo, pero con inevitables arbitrajes con esos tipos de cambio financieros”, destacaron desde Empiria Consultores. En las últimas semanas, el Gobierno intervino en el mercado de cambios vendiendo bonos para bajar su cotización en pesos y así hacer descender el tipo de cambio que surge de la operación “contado con liqui” e indirectamente disminuir el blue.
La intención oficial sería que el Cedin se transforme en una alternativa a las opciones disponibles para convertir pesos en dólares, como un sucedáneo del dólar billete hacia donde se canalice la demanda, a un precio no demasiado alejado del blue, de acuerdo a Lacunza.
Sin embargo, el plan gubernamental puede tener contraindicaciones: “El riesgo de un sinceramiento o formalización de estos tipos de cambio financieros para la estrategia oficial sería la aparición de una demanda potencial de divisas hoy artificialmente reprimida, que podría comprometer el balance cambiario u obligar a intervenciones muy agresivas por parte del regulador (con pérdida de reservas o caída en las cotizaciones de bonos)”.
Para Lacunza, estos procedimientos implicarían prácticamente formalizar el desdoblamiento de mercado, pero sin que las autoridades deban “reconocerlo”, dado que ya han demostrado un explícito rechazo a producir novedades cambiarias de este tipo.
Durante el período pre-electoral, en Empiria esperan que la política cambiaria oscile entre “reacciones ortodoxas cuando la prioridad se focalice en controlar la paridad aún con sacrificio de reservas” e “intentos heterodoxos de consolidar paridades financieras o, en su defecto, volver a tentarse con los controles masivos a la demanda”.
“No deben descartarse oscilaciones significativas del blue de acuerdo a la prioridad circunstancial del Gobierno. Hacia fines de junio, el efecto conjunto de aguinaldos, subsidios sociales, paritarias, vacaciones de invierno, emisión para gasto público pre-electoral y mayor percepción inflacionaria por liberación del congelamiento, conformarán un cóctel delicado”.
En tanto, el escenario para despúes de las elecciones es complicado porque en desdoblamientos cambiarios anteriores el dólar oficial convergió al paralelo tras una devaluación. “Los antecedentes de episodios similares son coincidentes: la unificación cambiaria ocurre a la paridad más elevada. Durante la transición, el desdoblamiento cambiario no inhibe la aparición de tensiones inflacionarias. En definitiva, se trata de una devaluación en etapas, cuyo traslado a precios es inevitable sin el acompañamiento de un programa anti-inflacionario”, explicaron desde Empiria.