La moneda brasileña perdió más del 5% de su valor en lo que va de esta semana. Especialistas estiman que la tensión política continuará presionando a la divisa, que podría cotizar en 3,20 unidades en los próximos seis meses. El mercado permanece expectante a las evaluaciones crediticias de Fitch y Standard and Poors
La tensión política que atraviesa Brasil por estos días continúa presionando con fuerza al real, que en línea con el avance del dólar a nivel global, se hundió ayer por cuarta sesión consecutiva y superó la barrera de los R$3,00, luego de perder 1,03%.
El escándalo de Petrobras y la pulseada que aún debe ganar el gobierno de Dilma Rousseff en el senado para que se apruebe el plan de ajuste fiscal mantiene expectante al mercado, que espera para los próximos meses más volatilidad cambiaria y un real que puede reaccionar por demás, manteniendo el piso de las 3,00 unidades por dólar. De hecho, los contratos a futuro para abril avanzaron ayer un 0,58% hasta 3,019 reales por dólar.
De acuerdo a datos del Banco Mizuho, la moneda brasileña perdió más del 5% de su valor en lo que va de esta semana. El dato se torna alarmante si se lo compara con la caída de 1,9% del peso colombiano, un descenso de 1,7% del peso mexicano y una devaluación de 0,5% en el peso chileno durante el mismo período.
«Las noticias negativas de Brasil no van a dejar de llegar en el corto plazo y continuarán afectando al real. Los inversores tienen temor a que el escándalo de Petrobras se vaya de las manos; hay demasiada incertidumbre. El real puede sobre reaccionar en el corto plazo alcanzando niveles de R$ 3,15 ó R$ 3,20 en los próximos 3 y 6 meses pero creemos que en un año podría converger en niveles más cercanos a R$ 3,00, un nivel que estimamos cercano al tipo de cambio de equilibrio», apuntó Alejo Czerwonko, estratega de mercados emergentes en el Chief Investment Office de UBS.
La crisis política en Brasil tomó impulso justo en el momento en que los analistas de las agencias calificadoras Standard and Poors y Fitch se encuentran en el país para reunirse con autoridades oficiales, políticos y agentes del mercado con el fin de evaluar la calificación soberana de Brasil. Uno de los grandes temores del mercado es que el escenario de riesgo político empuje al soberano a una rebaja potencial en su nota crediticia, que actualmente se encuentra en grado de inversión.
De acuerdo a Bruno Rovai, economista de Barclays, la volatilidad del real continuará, especialmente porque no existe una clara estrategia de salida del Banco Central de Brasil (BCB) para terminar con su programa de intervención cambiaria para sostener la moneda, que está prevista que continúe por lo menos hasta fin de mes.
«Además, habrá más ruido proveniente del ámbito político, ya que los nombres de los políticos que están siendo investigados por la Corte Suprema en la operación Lavado de Autos [así se apodó el escándalo de corrupción de Petrobras] se harán públicos en los próximos días», dijo Rovai, quien estima que la moneda brasileña finalizará en 3,00 unidades por dólar a fin de año y en 3,15 reales para 2016, un nivel que considera razonable para la moneda.
«Claramente, los factores internos están jugando un fuerte papel en la depreciación del real. No sólo se estima que la economía enfrente una recesión este año, la inflación también superará el elevado límite oficial de 6,5% y se espera que el país permanezca con déficits gemelos, fiscal y de cuenta corriente», dijo Luciano Rostagno, jefe de estrategia del Banco Mizuho.
Para el especialista, la moneda brasileña se mantendrá volátil con una tendencia a la baja, cerrando el año en 3,10 unidades por dólar.