Según un informe de precampaña de la Bolsa de Cereales porteña, bajaría 3%, pero estimaciones privadas hablan de hasta un 10% menos
Cuando faltan pocas semanas para el inicio de la siembra de maíz, la baja del precio, la suba de costos y una alta carga impositiva por las retenciones podrían ocasionar una caída en la superficie implantada, que algunas proyecciones privadas ya ubican entre un 3 y un 10 por ciento versus el ciclo pasado. El maíz es el segundo cultivo en volumen después de la soja, que también afronta un escenario difícil (ver aparte). La caída del precio se debe a que Estados Unidos, el principal productor del mundo, tendría una muy buena cosecha.
A esta altura del año pasado, los negocios de maíz para la cosecha 2013 se cerraban en US$ 190 por tonelada. Hoy, los compradores ofrecen por mercadería de la cosecha 2014 US$ 150 por tonelada, un recorte de 40 dólares. La expectativa hacia la baja en el precio estuvo influida por una probable supercosecha en EE.UU., estimada en 349,6 millones de toneladas.
Esto ha repercutido en el país sobre la demanda de semillas e insumos para la nueva campaña. "En mayo pasado el ambiente para cerrar negocios estaba mejor, pero cuando el precio del maíz, que estaba en US$ 170, pasó a US$ 150, se plancharon las expectativas de compra de bolsas de semilla. Creo que estaremos en una superficie 10 por ciento menor al año pasado", señaló Daniel Maroni, gerente del semillero Arvales.
Al margen de esa proyección privada, en un informe de precampaña la Bolsa de Cereales de Buenos Aires calculó en 3.560.000 hectáreas la siembra para grano comercial del ciclo 2013/2014, una merma del 3% contra la campaña pasada. Según la entidad, el maíz ya había sufrido una caída del área del 14,7% el ciclo anterior.
"Hoy un precio de US$ 150 por tonelada para abril de 2014 [mes de ingreso de la cosecha] es un negocio que en campo alquilado no cierra", alertó el gerente de Arvales.
En este contexto, según un informe de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), por la baja de precios, el aumento de costos y las retenciones (el cereal tributa 20%), "el maíz sólo es competitivo en el 25 por ciento de la superficie donde se puede cultivar, principalmente en zonas cercanas a los puertos o industrias". Para CREA, "en el resto del país la ecuación arroja resultados que no cubren los costos de producción y alquiler, cuando se alcanzan los rindes promedio de cada zona".
Santiago del Solar, productor de la zona de Rojas, señaló que ese informe demuestra que hay "muchas zonas fuera de combate" para hacer el cultivo.
En el XXI Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), que se realizó la semana pasada en Rosario, Gustavo Duarte, consultor de empresas en el oeste bonaerense, hacía cuentas ante LA NACION sobre el maíz en campo alquilado. Pagando en esa región un alquiler de US$ 280 la hectárea, explicó que había que obtener un rinde de 9500 kilos por hectárea o más para empezar a ganar algo de plata. En cambio, con 7500 a 8500 kilos por hectárea en campo alquilado se pierden US$ 250 por hectárea.
"El maíz está complicado en campo alquilado y como está planteada la situación bajaría 20 a 25 por ciento el área [en esa región]", apuntó Duarte.
La demanda de insumos se atrasó, y lo mismo ocurrió con el cierre de los alquileres de campos. "Hay muchos campos sin alquilar y los insumos están por ahora en los galpones de las agronomías", indicó Santiago González Venzano, director de Solapa4.
"El costo del maíz está afectando la toma de decisiones por parte del productor", agregó Rolf Muller, asesor de empresas agropecuarias en Entre Ríos.
En líneas generales, hacer maíz cuesta el doble que producir soja.
Más allá de los insumos para el maíz, en general la campaña viene con demoras. "Tibiamente", fue la palabra que eligió Gustavo Portis, director del Negocio de Agro de Basf, para resumir cómo se estuvo manifestando en el último tiempo la demanda. "Como consecuencia de márgenes apretados, el productor tiene que revisar el cómo [de la siembra]", explicó.
A LA ESPERA DE UN CAMBIO
Pablo Vaquero, vicepresidente de Monsanto, admitió que "la campaña de semillas es difícil por el esquema de precios que tiene hoy" el maíz. No obstante, indicó: "No estoy muy seguro de que vaya a ser así [la supercosecha en EE.UU.], y si hubiera un ajuste en la producción esto puede tener un repunte de precios", evaluó. Alberto Morelli, presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), tiene una opinión similar a la de Vaquero. Y subraya: "Todavía puede haber un área mayor".