La rentabilidad "bruta" cayó del 5,27% al 4,15%, ubicándose, a excepción de 2002 y 2003, como la más baja desde el 2001, según un informe de una consultora
La rentabilidad proveniente de las locaciones continúa deteriorándose al punto tal que en el último año, la caída fue la más abrupta debido, entre otros factores, al tipo de cambio, a los mayores impuestos y al incremento de los costos de mantenimiento a cargo de los propietarios como producto de la inflación.
A esta conclusión arribó un estudio de la consultora especializada Reporte Inmobiliario, que sigue desde el 2001 la evolución de la renta por alquiler de un departamento con dos dormitorios y dependencias, ubicado en la zona de Barrio Norte y con un valor de mercado de 140.000 dólares.
De acuerdo a los analistas de la entidad, en ese ejemplo, la renta "neta", descontando todos los gastos a cargo del propietario, cayó del 2,88% al actual 2,01%, debido a la revalorización de la unidad en pesos y a la devaluación del peso respecto del dólar.
"También juegan en contra de la renta del propietario los aumentos en los costos de mantenimiento, expensas e impuestos. En este caso, por los cambios en la paridad cambiaria, la unidad se apreció 46,68% en pesos, mientras que su alquiler mensual subió solamente un 15,4%", sostiene el informe.
En cuanto a la rentabilidad "bruta" -que surge de la ecuación entre el valor del alquiler vs el valor de mercado- muestra una caída más marcada en los últimos 12 meses, al pasar de 5,27% a 4,15%, ubicándose (a excepción de 2002 y 2003) como la más baja desde que se inició el seguimiento.
"Sucede que, cuando los propietarios renuevan los contratos con sus inquilinos, ajustan lo menos posible para que las viviendas no queden desocupadas", sostuvo Armando Pepe, vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria (CIA) al diario Clarín.
El empresario inmobiliario señaló que, por estos días, la renta de los departamentos en Capital Federal, según el directivo, oscila entre el 3 y el 4,5% anual, y detalló que "la mayoría de los contratos se hace con un valor fijo durante el primer año y otro para el segundo, que suele incluir un ajuste de entre 20 y 25% como máximo".