El plan del Gobierno implica no solo continuar con la administración del mercado de cambios, sino también de las importaciones. Apuesta a que las empresas sustituyan compras en el exterior por producción local.
El Gobierno está decidido a tomar el toro por las astas. En materia de la escasez de divisas, esto implica no sólo continuar con la administración del mercado de cambios, sino también poner en juego otras herramientas. Si existen dos formas de conseguir mayor disponibilidad de dólares (exceptuando el endeudamiento), la principal es la expansión de las exportaciones. Sin embargo, hay malas noticias: después de llegar en 2012 a los u$s80 mil millones en exportaciones, el descenso se mantuvo vigente hasta los u$s65 mil millones de 2019 y en lo que va del año cae 11% con respecto al año pasado. Para tener mayor saldo, la búsqueda debería ir entonces por el lado de la reducción de las importaciones, algo que sí pasa. En 2019 cayeron 25% y este año, probablemente otro tanto. Sin embargo, si la Argentina comienza un sendero de recuperación económica, esas importaciones (de capital) serán necesarias. Para todo el resto, el destino obligado es una administración celosa de las importaciones. Por eso la apuesta es, siempre que se pueda, sustituir esas compras.
La idea es, en rigor, sustituir esas compras del exterior por producción local. La novedad es que el Gobierno ha comenzado a incorporar esta pretensión en cada uno de los sectores donde ha anunciado medidas bajo la idea de que la sustitución también tiene un segundo efecto, esto es, alentar la producción local.
Son numerosos los sectores donde se está instrumentando esto. Además del anuncio de créditos blandos para incentivar la venta de motos realizado ayer (hasta 48 cuotas y con una tasa fija de 28,5%), el Gobierno trabajó en un plan para sustituir importaciones con el objetivo de reducir el déficit en el sector automotor responsable de un rojo de entre 4 y 8 mil millones de dólares. Puso freno al ingreso de autos importados e implementó el Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores (popularmente conocido como “Compre Argentino”), donde las autopartistas que reemplacen los repuestos extranjeros por productos locales recibirán créditos con bonificaciones de hasta el 12% en las tasas de interés y aportes no reembolsables por hasta 30 millones de pesos. El sector textil es otro: mientras la gestión anterior habilitó importaciones para sustituir entre el 75% al 80% de la producción local, ahora el Gobierno busca el camino inverso. En esa línea vendrán los próximos anuncios, siempre teniendo en cuenta lo complejo que resulta diseñar cadenas de valor con pocos componentes importados.
La semana próxima, será el turno de la presentación del proyecto de Presupuesto 2021. Allí la esencia estará puesta en la reactivación del mercado interno, un crecimiento en la inversión en obra pública y hasta multiplicar por dos la participación del gasto de capital en relación con el producto respecto del Presupuesto de 2019. El dato central es que eso se hilvanará con planes para impulsar las exportaciones y, sobre todo, estimular la sustitución de importaciones con la finalidad de no tensionar aún más el delicado equilibrio que promueve el mercado de cambios, donde el Gobierno tiene puestos los ojos y donde el BCRA se apresta a buscar los mecanismos para acortar las brechas del dólar.