En comparación con la primera semana de junio el ingreso de dólares se redujo en un 33%. Impacto de la brecha, menores ventas de soja e incertidumbre económica.
El Gobierno esperaba que julio comience con una fuerte liquidación de divisas por parte de las firmas agroexportadoras, pero lo cierto es que el incremento de la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, junto con la caída que mostraron los granos en el mercado internacional, no solo redujeron el ingreso de dólares sino que también decantó en menores ventas de soja por parte de los productores, lo que afectaría el saldo final del séptimo mes del año.
En concreto, durante la primera semana de julio las empresas agroexportadoras ingresaron al mercado de cambios local poco más de u$s600 millones, lo que representa un retroceso de u$s300 millones (o 33%) respecto al mismo periodo del mes anterior, cuando se había liquidado más de u$s900 millones. En junio la liquidación de divisas sumó u$s3.815 millones, lo que representó un aumento interanual de 33% y fue récord para ese mes del año. En tanto para el mes en curso las expectativas son bastante más ajustadas porque los productores están vendiendo menos soja que las semanas previas –quedan por liquidarse más de 23 millones de toneladas-, mientras que los exportadores entre la última semana de junio y la primera de julio redujeron su liquidación a la mitad.
A este combo complejo para la economía se suma además la fuerte presión que hay en el mercado sobre los dólares paralelos y las expectativas de devaluación por parte de los sectores exportadores. En tanto, el Gobierno busca contener la demanda de divisas de los sectores importadores, privilegiando a aquellos que demandan dólares para producir.
Otra señal de alarma en el horizonte próximo es el paro agropecuario organizado por la Mesa de Enlace para este miércoles en el que se frenaría la comercialización de granos y de hacienda en todo el país. El impacto de un paro de 24 horas no debería ser preocupante para la economía, pero en rigor de la verdad la necesidad de dólares es tan extrema para el Banco Central que una medida de este tipo en este momento particular tendrá su efecto inmediato en el balance final de julio.
Las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario anticipaban que el séptimo mes del año concluiría con un ingreso de divisas por parte de los principales complejos agroexportadores de más de u$s3.500 millones; hoy esa cifra parece ser difícil de alcanzar. No tanto por los precios internacionales, que en el último tramo de la semana pasada se recuperaron, sino más bien por cuestione asociadas a la comercialización de la campaña. A pesar de que el Gobierno lo ha negado en más de una oportunidad, el incremento de la brecha entre el dólar oficial y los paralelos volvió a despertar especulaciones de una posible devaluación en el corto plazo y es por eso que muchas decisiones por parte del sector agroexportador se están demorando.
Otra cuestión a tener en cuenta es que mientras el equipo económico cuenta los dólares de la soja –y el maíz- la siembra de trigo viene muy complicada ante la falta de humedad en las principales zonas productivas de la Argentina. Así es que los productores, mientras aguardan para vender la soja almacenada en los silos, están pendientes de los recortes productivos que pueden sufrir por la falta de precipitaciones. El incremento en los precios de los fertilizantes y el gasoil son también otros dos factores que están achicando la rentabilidad del campo y es por eso que la oleaginosa es hoy el mayor resguardo de valor para los agricultores.
Así las cosas, en un contexto en el que el Gobierno necesita de dólares frescos para hacerle frente a los pagos por importación de energía, más la demanda de los sectores productivos, la liquidación del campo durante julio será determinante para calamar –o no- a un mercado que a todas luces continúa al rojo vivo.