La devaluación en China, los cambios en Brasil y la apreciación del dólar han aumentado la tasa a la que los analistas calculan que podría ajustarse el peso
La devaluación esperada en la Argentina por los analistas parece haber “engordado” en las últimas horas. De un escenario base que podía acelerar en parte la raquítica política de depreciación de la moneda local durante los próximos meses, ahora las estimaciones toman como referencia una tasa del 40% anual a partir de los cambios que han operado en los últimos días.
El deslizamiento del yuan en China (que ayer sumó un nuevo capítulo) y la expectativa de una suba de la tasa de interés de referencia en los Estados Unidos con el consecuente fortalecimiento del dólar (ya en marcha) (a lo que se suma el impacto de la devaluación en Brasil) generó un recálculo de numerosas variables. El dato central es que, en la tierra de la apreciación cambiaria, y producto en parte de la inflación, el peso argentino acaba de alcanzar niveles cercanos a los del último período de la convertibilidad, lo que deja un margen cada vez más importante de corrección potencial. Según la consultora Elypsis, la apreciación interanual del tipo de cambio real multilateral se elevó a 25%. «Como referencia, recuperar el Tipo de Cambio Real Multilateral del día después de la devaluación de enero de 2014 implicaría hoy una paridad de $ 13,9 por dólar», señala un informe. Según la consultora, el 80% de la apreciación del peso durante el último año puede explicarse por efecto del fortalecimiento global del dólar. «En el último año el país acumuló una inflación 21% superior a la inflación promedio ponderado de sus socios comerciales (2,9%), mientras que las monedas de estos países se depreciaron en promedio 19%, y el peso se devaluó nominalmente 12%. La suma de estos tres efectos explica el 25% de apreciación real en el período», sostienen.
Como se dijo, la revaluación del dólar impacta en la plaza doméstica: «el crecimiento mundial es anémico, Estados Unidos está saliendo de su etapa de ajuste… y el resto del mundo que estuvo de fiesta está ajustando y por ello baja la tasa de interés. Como las monedas se mueven por diferenciales de tasas, es lógico que el dólar se mueva en alza», señalaron en Delphos Investment.
Paren las rotativas
En este contexto, la coyuntura que dibuja la realidad de China (devaluación, caída de las bolsas) y Brasil (depreciación, ajuste) siguen siendo factores de «riesgo cambiario» para los próximos meses. Para la consultora Elypsis, «crece la probabilidad de un juicio político a Dilma seguido de la pérdida del grado de inversión, lo que podrían derivar en un overshooting del real con contagios en la región y en las expectativas cambiarias en la Argentina», sostiene. «En el caso de China, la devaluación del remimbi podría continuar si la desaceleración y pérdida de exportaciones que la precipitó no se revierte en lo inmediato», agrega. En este sentido, «el viraje adverso de la situación global ha llevado a revisar la devaluación esperada bajo un escenario gradualista». Año contra año, la expectativa es hoy del 40% anual, elevando el dólar a fin de 2016 a $ 14,1 (desde los $ 13,1 previos). En este sentido, las estimaciones de un grupo de 33 consultoras, bancos y fondos de inversión que responden cada mes al sondeo privado Latinfocus arrojan que el consenso a partir del cual el mercado hace planes ubica al dólar a $ 10,23 para el cierre de este año y a $ 14,04 para fines del año próximo. Entre los consultados figuran Bank of America Merryl Lynch, Citigroup, Deutsche Bank, JP Morgan, Nomura, Abeceb.com, Econométrica y el Estudio Bein, entre otros.