Su Carta Orgánica limita a $ 40.000 millones más las transferencias al sector público por esa vía. El Tesoro necesita no menos de $ 90.000 millones
Si el ministro de Economía, Axel Kicillof, planifica cerrar la brecha entre ingresos y gastos de este año sólo en base a financiamiento del Banco Central (BCRA) va a poner al titular de la autoridad monetaria, Juan Carlos Fábrega, en un brete legal. Estimaciones privadas calculan que el Tesoro necesitará financiamiento por no menos de $ 90.000 millones de aquí al cierre de 2014 que deberán surgir de adelantos transitorios, mientras que la Carta Orgánica de la entidad limita a $ 40.000 millones o u$s 50.000 millones más el monto que esos préstamos pueden alcanzar de acá a fin de año.
Aunque involucre sumas siderales, el problema es de aritmética básica. Las necesidades de financiamiento del Tesoro de aquí a fin de año son mucho mayores que el límite máximo que le impone la Carta Orgánica del BCRA al financiamiento al sector público para este año.
El gasto crece al 44% anual y los ingresos impositivos avanzan algo menos de 35% (según datos de junio y julio, respectivamente, los más actualizados en cada caso) y esa diferencia de velocidades abre una brecha que resulta en un déficit de cuentas públicas que genera necesidades de financiamiento para todo 2014 que están entre $ 170.000 millones (según cifras de mínima Delphos Investment) ya casi $ 200.000 millones (según estimaciones de máxima del Estudio Broda).
Como resultado, el BCRA deberá emitir entre $ 110.000 y $ 120.000 millones entre septiembre y diciembre para asistir al Tesoro, de no encontrar el Gobierno una vía de financiamiento alternativa.
La posibilidad de la colocación de un bono que ajuste por tasa Badlar más un spread se rumorea en el sector privado, en parte porque algo de eso ya hizo el Gobierno a principio de año. Las gestiones, que han incluido conversaciones con funcionarios, llegan a mencionar una cifra de $ 15.000 millones y hasta $ 20.000 millones como objetivo de máxima. Son cifras interesantes para reemplazar parte de esa emisión, pero no alcanzan a cubrir todo lo necesario.
El stock de adelantos transitorios, préstamos del BCRA al Tesoro, está en $ 217.900 millones según el último balance semanal de la autoridad monetaria. El límite máximo a ese stock es, según la Carta Orgánica, equivalente al 20% de la recaudación más el 12% de la Base Monetaria (en realidad, el límite es del 10% de la recaudación, pero se permite duplicar esa cifra a modo de excepciones temporales de emergencia que llevan dos años de aplicación ininterrumpida), un número imposible de precisar hasta que se conocen en detalle los datos del sector público, pero que se estima está entre los $ 218.000 millones y los $ 220.000 millones. Dadas las proyecciones de avance de las variables involucradas, se estima que a fin de año ese techo esté en $ 260.000 millones como máximo.
“Claramente la emisión monetaria que se espera para lo que queda del año excede largamente los límites a los adelantos transitorios, algo tienen que hacer para evitar ese tope”, dijo Juan Manuel Pazos, analista del Estudio Broda.
Una de las alternativas más obvias ya fue tachada de la lista por el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, la semana pasada. El jefe de ministros cerró terminantemente cualquier posibilidad de modificar la Carta Orgánica para mover ese límite.
Cerrada esa vía (y descartando nuevas alternativas de financiamiento en pesos o recortes al gasto), a Fábrega no le va a quedar otra que afinar el lápiz para diseñar una maniobra contable para evadir ese techo.
“Estamos seguros de que el gobierno encontrará la manera de vulnerar esas barreras y de sostener el copioso financiamiento del BCRA al Tesoro. Quizás sea a través de un giro anticipado de las utilidades correspondientes al 2014; quizás, mediante la cancelación de parte de los adelantos mediante un bono”, especuló el economista Federico Muñoz en su informe semanal.