La Argentina ahorraría hasta u$s 2.400 millones en las importaciones, lo que implicará una mejor capacidad de pago de la deuda de la deuda en el corto plazo
Entre los analistas existe un consenso de que la caída en el precio del crudo es una buena noticia para la Argentina en el corto plazo, aunque mala en el mediano y largo plazos, dadas las esperanzas que tiene depositadas el país en los dividendos que arrojaría el mega yacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta.
Ese consenso se tradujo en números esta semana cuando los operadores del mercado de renta fija estimaron que, de mantenerse esta tendencia, el Banco Central (BCRA) se ahorraría unos u$s 2.400 millones de sus reservas durante 2015 por las menores necesidades de importación de energía y eso facilitará el pago de vencimientos durante 2015.
En los últimos 30 días los títulos más operados en el mercado externo, el Global 2017 y el Discount en dólares ley Nueva York treparon 5,65% y 2,24%, respectivamente. Esta escalada coincidió con el último tramo del derrumbe que llevó al barril de petróleo Brent del Mar del Norte, hoy la principal referencia para los operadores del sector, a perder más del 30% desde junio a esta parte. El Brent cerró ayer a u$s 71 por barril.
Según el ex secretario de Energía, Daniel Montamat, el bajón en los precios del crudo podría ahorrarle u$s 2.400 millones de reservas al BCRA durante 2015.
"La proyección de las importaciones de 2015 depende de cantidades y precios. Si nos guiamos por precios, y bajo la hipótesis es de la consolidación de esta tendencia de precios a la baja, las importaciones podrían llegar a ser hasta un 30% inferiores a las actuales. Este año largamos con un precio de crudo de u$s 100 que determina el resto de los productos de la canasta energética", dijo Montamat a El Cronista. "Si este año fueron u$s 12.000 los millones los que gastamos en energía, suponiendo que eso se traslada también al gas natural licuado, eso significaría un ahorro que linealmente calculado me da u$s 3.600 millones menos de importaciones", agregó el analista.
"Ahora, por el tema cantidades, si sigue bajando la producción local –este año cae 2% la de petróleo– vamos a tener que, aún en recesión, importar más en cantidades, lo que hace que el ahorro de importaciones se achique del 30% al 20%, es decir, que quede en u$s 2.400 millones", concluyó Montamat.
Datos de la consultora M&S redondean en u$s 15.000 millones los vencimientos de deuda que deberá afrontar la Argentina durante el año próximo. El pico llegará en agosto, cuando la cuenta externa ascenderá a u$s 7.670 millones por el pago del último vencimiento, capital e intereses, del Boden 2015, uno de los bonos nacionales más líquidos –y onerosos– que existen.
Para llegar a esa instancia habrá que pasar primero por enero, fecha marcada para el reinicio de las charlas entre el Ministerio de Economía y los fondos buitre ganadores de un juicio en las cortes de Nueva York. La incógnita sobre el talante de esas negociaciones, y si desembocarán o no en una vuelta a la emisión de deuda en dólares por parte del Tesoro es determinante para saber el color que tendrá el año próximo, al menos a ojos de los inversores.
Pero mientras tanto, los operadores hacen sus apuestas. Los u$s 2.400 millones menos de importaciones significan, en al cálculo rápido de las mesas, la misma cantidad en las arcas del BCRA y, con ello, una mejor capacidad de la autoridad monetaria para hacer frente a los vencimientos de 2015.
"La caída del petróleo como fundamento me parece pobre, porque de hecho si los precios de los bonos fueran a reflejar lo que pasa con los commodities deberían ir a la baja por lo que pasó con la caída de la soja desde septiembre a esta parte, lo que restaría unos u$s 8.000 millones a la oferta de divisas", dijo Eric Ritondale, economista jefe de Econviews, cuya posición es pesimista respecto de estos títulos de deuda porque no espera una resolución fácil del conflicto judicial en Nueva York. "El efecto de la baja del crudo sobre los bonos argentinos es más indirecta, porque lo que genera son ventas de bonos de Venezuela -que sí sufre por la baja del petróleo- que compiten por su rendimiento similar al de los bonos argentinos, y los administradores de carteras venden unos y compran estos como sustituto", dijo Ritondale.
El costo de endeudamiento de Venezuela trepó 2,88% en los últimos 30 días a medida que, por la caída del precio del barril de petróleo, los inversores se deshacen de los títulos de deuda de ese país.