Algunos ruidos internacionales explican cierta desaceleración en las corrientes inversoras respecto de junio, pero se mantuvieron positivas.
A pesar de la pandemia y de los desastrosos datos macroeconómicos que fluyen por todo el mundo, el flujo neto de inversiones de no residentes hacia los mercados emergentes se mantuvo firme en julio en torno de los u$s15.100 millones, según estimaciones del Institute of International Finance (IIF). Si bien implica un retroceso respecto de los u$s29.200 millones registrados en junio, se trata del segundo mes consecutivo en que los ingresos netos de capitales externos son positivos (en esta oportunidad fueron de u$s1.900 millones en renta variable y u$s13.200 millones en renta fija). Vale recordar que los emergentes vienen de haber tocado fondo en marzo con la mayor huída de capitales de las últimas décadas, por lo que se descontaba un período de estabilización de evaluación de riesgos y oportunidades en el club emergente que se inició en abril y tuvo un descanso en mayo. A nivel regional, en julio los mercados de Asia experimentaron las mayores entradas,registrando u$s9.900 millones seguidos por sus pares de Europa con u$s2.000 millones. Esto fue posible porque China sufrió salidas de carteras accionarias por las mayores tensiones entre Washington y Beijing.
“Las acciones y los bonos de los mercados emergentes registraron (en julio) un segundo mes de flujos positivos, con el apetito de los inversores respaldado por una caída del dólar y una Fed acomodaticia”, explica el IIF que a la vez justifica que el avance estuvo limitado por la preocupación por el resurgimiento de los casos de coronavirus y la débil perspectiva global de crecimiento.
Sin embargo destaca que los emisores soberanos de la mayoría de las regiones (emergentes) continúan aprovechando la liquidez abundante y los costos más bajos para afrontar sus vencimientos de deuda (algo que la Argentina debería contemplar a la hora de negociar con los bonistas). ”Entendemos este cambio en el sentimiento inversor como saludable, reflejando valoraciones profundamente descontadas en muchos países. Estamos comenzando a ver que algunos de los mercados más golpeados se ponen al día y hay un gran enfoque en cuán sostenida será esta tendencia y en qué medida se sentirá en los emergentes”.
De todos modos, el IIF señala que por el momento, la recuperación ha sido impulsada en parte por la gran debilidad del dólar y pone reparos por las preocupaciones sobre las expectativas de diferenciales de crecimiento. Si bien los sondeos de opinión muestran un repunte en las perspectivas, los datos duros aún están rezagados por lo que en general la forma de la recuperación dependerá de la capacidad del complejo emergente para establecer políticas eficientes para catalizar dicha reactivación. Al respecto el IIF advierte que en el futuro ven que los inversores serán más exigentes con respecto a las decisiones de inversión hacia los emergentes.