La intención del Gobierno de introducir un gravamen de la renta financiera en su proyecto de reforma tributaria que se concretaría antes de fin de año, generó suspicacias en el mercado local.
Las fuentes consultadas por El Cronista coincidieron que, de concretarse el gravamen a la renta de los ahorristas porque las personas jurídicas actualmente tributan al fisco sobre la renta de sus inversiones esto tendría un impacto negativo en mercado y poca relevancia a nivel fiscal.
En lo inmediato los más perjudicados, dijeron, serían los minoristas que tienen depósitos a plazo fijo, un instrumento con una renta que ya es negativa respecto a la inflación. «Es cierto que todavía no hay precisiones sobre cuáles son las modificaciones que quiere hacer el Gobierno y todo se basa en rumores; pero si ocurre un gravamen sobre los depósitos a plazo, puede desalentar aún más el ahorro en pesos, lo que puede impactar en el nivel de depósitos, obligar a los bancos a subir la tasa y esto generar un encarecimiento del crédito», alertó el analista de una sociedad de bolsa de la City.
Esta impresión se sintió ayer en el mercado de cambios, donde a partir de esta noticia los ahorristas ayer se volcaron a la compra de dólares, lo que, entre otras cosas, hizo saltar la cotización.
«Hace falta ver la letra chica del proyecto», insistió un operador. «Si el gravamen es sobre los bonos, estás desincentivando una de las formas de financiamiento del Gobierno. El inversor va a pedir más tasa para invertir en esos bonos gravados y eso a la larga lo va a terminar pagando la Argentina», indicó.
Desde un banco indicaron que el Gobierno deberá analizar bien cuál sería el impacto en términos del PBI por encima del efecto que puede tener en el humor de los inversores, tanto locales como extranjeros. «Otras administraciones ya lo han estudiado y el costo económico de perjudicar al mercado de capitales, que es uno de los más pequeños de la región, es más alto que el beneficio en términos de recaudación. Por eso no lo terminaron aplicando», indicó un ejecutivo.
«Si el Gobierno termina avanzando en esa dirección, es porque está buscando un rédito político más que fiscal», anticiparon.
Pese al escepticismo de los operadores, algunos afirmaron: «En un país sin inflación, lo lógico sería tributarla. Pero en la Argentina todavía parece tener consecuencias más negativas sobre el conjunto del mercado de capitales. El plazofijista no es un especulador, es quien en cierta medida está financiando el crédito de los argentinos».
Con todo, los analistas consultados coincidieron que, de concretarse, la medida tendría un efecto one shot, que implicaría una suba de tasas de bonos y del crédito.