Especialistas en inversiones financieras y de real estate debatieron acerca de las posibilidades de inversión para este año. A nivel local, el dólar estable y las elecciones de medio término generan cautela en los inversores. A eso se suman las exigentes metas de inflación fijadas por el Banco Central y el persistente déficit fiscal. En el plano internacional, la presidencia de Trump aporta incertidumbre
Durante los Seminarios organizados por El Cronista, Apertura e Information Technology en el marco de la Expo EFI, el director periodístico de El Cronista, Hernán De Goñi, moderó un seminario titulado «Alternativas de inversión». Allí se reunieron Miguel Ángel Boggiano, director de Carta Financiera; Paula Premrou, CEO de Portfolio Personal; Leonardo Rocco, de la firma asesora de inversiones Sat Group; Mariano Capellino, CEO de Inmsa Real Estate; y Guillermo Guichandut, de Supervielle Asset Management.
Los especialistas se refirieron a las inversiones en la era Trump y todos coincidieron en que el nuevo presidente norteamericano tendrá impacto en los mercados. En ese sentido, Guillermo Guichandut señaló: «La muy probable suba en la tasa de la Fed claramente afectará a la curva de títulos argentinos porque los bonos locales tienen más riesgo que los estadounidenses. Eso significa que los precios de los activos argentinos deberían caer si la Fed sube la tasa».
A continuación, los analistas evaluaron la conveniencia de mantener dolarizada una parte de la cartera de inversión. Sobre ese punto, Miguel Ángel Boggiano fue terminante: «El presupuesto para este año estima un dólar promedio de $17,90 pero hoy el dólar está $15,40: no me queda claro por qué debería apostarle al peso.
Preferiría estar en dólares porque en un determinado momento, como siempre sabemos que pasa, la divisa hace un recorrido vertiginoso y en una semana saca el interés que la Lebac ofrece en 3 meses». Paula Premrou, agregó que hacia mitad de año puede aumentar la dolarización de los portafolios, en la previa electoral. Leonardo Rocco, por su parte, opinó: «A mí me gusta mucho la idea de la inversión dolarizada como seguro de cambio, más en el marco de la presidencia de Trump».
Los panelistas coincidieron en que los dólares que se sinceren en el último tramo del blanqueo serán aquellos que provengan de contribuyentes más modestos y, por ende, más conservadores. «Pueden ir hacia el mercado inmobiliario o al financiero, que sigue ofreciendo buenos rendimientos y ha multiplicado el menú de opciones en este último años», sostuvo Paula Premrou.
Sin embargo, Mariano Capellino advirtió: «El costo de la construcción en dólares ha subido más de un 30% en 2016. No veo al mercado inmobiliario en su mejor momento. De todas maneras, la mirada de la inversión inmobiliaria debe ser más global y sectorizada por clases de activos. Ahí lo clave es el timing en el activo y el mercado que se está mirando». Miguel Ángel Boggiano remarcó: «La gente invierte en ladrillos porque no tiene otra alternativa. Para saber si las propiedades están caras o baratas, alcanza con ver el rendimiento que tienen, es decir, el alquiler, que es solo del 2%».
En un año electoral, las carteras de inversión tienen que rearmarse y para Leonardo Rocco las acciones podrían ser las estrellas del mercado hacia fin de año: «Si Argentina vuelve a ser emergente y sale la Ley de Mercado de Capitales, las acciones se podrían convertir en algo más popular. La misma gente que compraba Lebac porque lo leía en el diario podría volcarse a la renta variable», sostuvo. Paula Premrou, por su parte, afirmó:
«Una cartera moderada en Argentina podría lograr un rendimiento de 3 o 4 % anual en dólares porque hay instrumentos de corto plazo que están rindiendo eso sin asumir un riesgo muy alto, como los bonos muy cortos o las Letes. En plazos de 3 o 4 años, se pueden obtener rendimientos del 5 o 6% anual en dólares».
Finalmente, los analistas dieron sus perspectivas macro y acordaron en que al Banco Central le costará cumplir con su meta de 17% de inflación. Si bien coincidió con sus colegas en que el avance de precios estará en torno al 20%, Guillermo Guichandut, se mostró algo más confiado: «Hoy, las tasas de interés de largo plazo están invertidas, lo que significa que hay un optimismo sobre el futuro».