Si bien los expertos reconocen que el Banco Central debe mantener limpia la flotación del tipo de cambio, creen que el organismo no tenía otra alternativa que vender divisas.
Si bien los expertos reconocen que el Banco Central debe mantener limpia la flotación del tipo de cambio, creen que el organismo no tenía otra alternativa que vender divisas. La inquietud que se desató durante la contienda preelectoral se trasladó al mercado cambiario y un dólar en niveles muy altos podía poner en riesgo el plan económico del Gobierno.
Miguel Zielonka, Director asociado de Econviews
El BCRA hizo bien en vender reservas, ya que el tipo de cambio empezó a tener una dinámica que no se podía contener con un movimiento de tasa discreto. Si el dólar se mueve de a 17 centavos por día, es decir, un 1% diario, se necesita una tasa de 400%. Si ese movimiento se repite un día tras otro, no se puede contener con tasa de 26,5% ni de 30%.
El BCRA interviene porque cree que el tipo de cambio nominal llegó a un punto en el que le parece que puede haber un traspaso a inflación. Es decir, la autoridad monetaria mantiene un tipo de cambio flexible dentro de ciertos rangos. De hecho, el BCRA ya había intervenido con ventas en marzo del año pasado, cuando el dólar llegó muy rápido a $ 16, e hizo lo contrario este año, cuando compró a $15,20. El tipo de cambio es flexible de acuerdo a ciertos valores de normalidad: en valores extremos, la decisión no tiene que ver con el dólar en sí, sino con que le preocupa la escalada porque se dio con una inflación núcleo que no está de acuerdo con su objetivo.
No es caprichoso frenar al dólar en un nivel de $ 17,70 mayorista o $ 18 en el segmento minorista ya que cualquier formador de precios todavía usa el dólar como referencia y, si no le ve un techo, empieza a «redondear» cada vez más para arriba. Obviamente, lo ideal sería que los precios se formaran pensando en pesos pero todavía eso no sucede.
Una cuestión que vale la pena resaltar es que si el BCRA planea intervenir, tiene que jugar fuerte. Es una pulseada: del otro lado, el mercado está midiendo si está comprometido o no. El jueves empezaron a vender en $ 17,85 y terminaron en $17,70, es decir que quienes compraron más arriba, perdieron. Si hace eso con más fuerza, le puede torcer la mano al mercado. Aun sacrificando más reservas, disciplina al que apostó en su contra. Por el contrario, correrse no sería bueno porque terminaría perdiendo mucha credibilidad.
Nuestra proyección de tipo de cambio para fin de año se mantienen en $ 18, pero la trayectoria depende en gran medida de cómo reaccione la demanda y del calendario político. Si el escenario es favorable al Gobierno, no descarto que el dólar se acerque a $ 17, porque la demanda se puede revertir y podría haber ingresos del exterior para aprovechar la tasa. Si el escenario es contrario, el argumento de intervenir para que no pase a precios toma todavía más fuerza.
Rodrigo Álvarez, director de Analytica Consultora
Me parece bien que haya intervenido el BCRA porque, en este contexto, el tipo de cambio no puede superar los $ 18. Creo, incluso, que lo dejaron inflarse demasiado y que tendrían que haber dado una señal un poco antes. Desde el punto de vista político, no ayuda sumar más volatilidad y, desde la óptica de los objetivos de inflación, tampoco es una buena alternativa.
Hay que tener en cuenta que en la Argentina los movimientos del tipo de cambio todavía se trasladan a precios. Si bien eso no se vio reflejado en los datos de inflación de julio, creo que se va a ver en el número de agosto, especialmente en rubros tan sensibles como alimentos. Ya es un hecho que la meta del 17% no se va a cumplir, el dilema es cuánto se va a exceder. Yo creo que vamos a terminar más cerca de 22% pero si se suma más presión sobre el tipo de cambio, la brecha puede ser más grande. De todas formas, creo que el problema original fue haber puesto la meta en el 17% sabiendo que iba a haber ajustes de precios regulados. De hecho 6 puntos de la inflación de este año se explican por la suba de las tarifas.
Tanto la intervención mediante tasa como a través del mercado cambiario tienen sus costos. La venta de reservas, en la medida en que es cada vez más importante, funciona como un paliativo: el mercado tiene que coincidir en que hay una voluntad fuerte de sostener el techo. Para ello, el BCRA tiene que mostrar contundencia. La tasa, por su parte, castiga a la actividad económica. Sin embargo, me parece que si se mantienen las presiones sobre el dólar el BCRA va a terminar subiendo la tasa de interés. Si el resultado del domingo está en línea con lo que espera el mercado, el dólar se va a calmar. En cambio, si Cristina Kirchner saca una diferencia muy importante, algunos inversores se van a poner nerviosos.
Nuestra proyección de dólar fin de año está entre $ 18,50 y $ 19. Veníamos pronosticando un rango que iba de $ 18 a $ 18,50 y lo modificamos en las últimas semanas. De todos modos, la dinámica va a depender un poco del resultado de las elecciones. Para la lectura del mercado, estas elecciones son clave por la información que dan: lo que se está discutiendo es si este proyecto es de 4 o de 8 años. Más allá de eso, me parece que hay que desdramatizar el escenario, ya que hay un consenso acerca de que el Gobierno ganaría a nivel nacional pero podría perder en la Provincia de Buenos Aires. El mercado va a mirar si el candidato que gane allí puede construir alianzas para ganar las presidenciales en 2019.
Federico Muñoz, de Muñoz y Asociados
No creo que nadie cuestione que se haya ensuciado la flotación del tipo de cambio en estas circunstancias y en estas condiciones. Creo que el Banco Central (BCRA) hizo bien; vendió dólares por dos razones.
En primer lugar, de alguna manera abandonó el inflation targeting puro e impoluto porque la escalada del dólar comprometía el proceso desinflacionario, entonces parecía muy oportuno y pertinente, sobre todo porque el alza del dólar tiene buenas chances de ser meramente temporaria. Daría la sensación de que, con una elección razonable del Gobierno en la provincia de Buenos Aires (donde por razonable entiendo una derrota de Cambiemos quizás por un par de puntos), la fuerte tensión en el mercado cambiario debería disiparse. En el caso de que Cambiemos lograra una victoria en provincia, el Central podría recomprar más barato buena parte de los dólares que vendió caro.
La otra razón es que el Banco Central es independiente pero no deja de estar atento al devenir político y también Federico Sturzenegger es consciente de que el programa económico de Cambiemos sufriría un golpe muy duro en un escenario en el que Cristina es vencedora.
En definitiva, cuando la escalada del dólar empezó a comprometer no solo el proceso desinflacionario sino además la chances políticas de Cambiemos en las primarias, entonces desde ya que era pertinente y oportuno intervenir en el mercado cambiario.
En cuanto a la tasa, actualmente está nueve puntos porcentuales por encima de la inflación esperada una tasa real claramente positiva, entonces no era un mercado cambiario que se fuera a aplacar solamente con tasa.
Entiendo que hay una apuesta, que la presión sobre mercado cambiario fuera temporario por el nerviosismo político. Si el resultado de las elecciones es relativamente favorable a Cambiemos, que es una derrota por dos puntos para arriba, la tensión se disiparía, y si el resultado es menos favorable veremos algún cambio de estrategia. En este segundo escenario dudo que el Central siga pulseando con el mercado cambiario, probablemente tenga que dar algo más de tasa de interés. Dependerá del resultado del domingo.
De todas formas, la proyección de dólar a fin de año sigue siendo la misma; con un resultado positivo sigo creyendo que va a terminar el año en torno a los $ 18,20.
Daniel Marx, de Quantum
En principio, el Banco Central (BCRA) tiene un régimen de flotación limpia, sin embargo tuvo que intervenir en el mercado de cambios porque se están utilizando los dólares que llegaron al Tesoro por la emisión de deuda; esas son las divisas que se están volcando para abastecer a los compradores en un contexto de presión alcista.
La pregunta que uno se haría es si llegó tarde, si se hizo bien o no.
El Banco Central está tratando de marcar una banda de intervención, determinar que a un precio compra y a otro vende y así morigerar los picos. Lo que ocurre es que esto funciona siempre y cuando sea dentro de una situación en la que el mercado lo convalide.
De todas formas, el organismo monetario tiene más poder de fuego, no está limitado. El Central puede decir que fueron circunstancias excepcionales las que lo motivaron, pero hay que ver cómo complementa este accionar. Lo podría acompañar con otras decisiones de manera de debilitar la demanda de la moneda extranjera o aumentar la oferta, o tomar ambas medidas. Puede tener otras cartas como temas regulatorios, manejos de la posición de cambios de las entidades reguladas. Es un control, sí, pero siempre existieron límites y el sistema los acepta, por ejemplo cuando tiene que ver con un calce de monedas.
Lo fundamental es que todavía quedan dólares en el Tesoro, divisas que no se han volcado todavía en el mercado. A diferencia de otros momentos, esta vez no tocaron la tasa de interés porque creo que la eficacia de la tasa es limitada en el contexto actual. No hay incremento de tasa que alcance frente a movimientos tan bruscos del tipo de cambio.