La pauta de déficit fiscal es de 2,5% para 2022, 1,9% para 2023 y 0,9% para 2024. Martín Guzmán aseguró que la meta se logrará por medio del crecimiento, que permitirá aumentar la recaudación y que no será necesario hacer un ajuste.
Tras el entendimiento entre el Fondo Monetario Internacional y la Argentina se dio a conocer el acuerdo entre las partes sobre uno de los puntos centrales de la negociación: el sendero del déficit fiscal deberá llegar a 0% en 2025 a partir de una baja progresiva desde el 3% del PBI con el que cerró 2021.
En el medio, la pauta es un rojo primario de 2,5% para 2022, 1,9% para 2023 y 0,9% para 2024. Martín Guzmán aseguró que la meta se logrará por medio del crecimiento que permitirá aumentar la recaudación y que no será necesario hacer un ajuste. Analistas consultados por Ámbito señalaron que la meta fiscal para 2025 es alcanzable, pero que no será suficiente la expansión de la actividad, sino que sería necesario tomar medidas para bajar el gasto.
Federico Furiase, economista de la consultora Anker Latinoamérica, se expresó en esa línea. “El problema para llegar al equilibrio fiscal en Argentina es que buena parte del gasto público está indexado por ley a la nominalidad pasada, entonces se hace muy difícil bajar el déficit y bajar la inflación”. Asimismo, advirtió que “la meta más exigente es la monetaria, en la que el Fondo plantea bajar el financiamiento monetario del tesoro al 1% del PBI”. El resto planea cubrirse 0,9% con los organismos internacionales y alrededor de 2% con financiamiento neto en el mercado local, es decir, deuda en pesos. El año pasado se consiguió 1,6% de fondeo neto.
En este sentido, Furiase agregó: “El equilibro fiscal lo veo viable pero no va a bastar con el crecimiento, como había dicho previamente el ministro. El ajuste se va terminar haciendo. Por un lado, el recorte de subsidios a la energía y la segmentación tarifaria. Por otro, un piso de inflación tan alto, entorno al 50%, garantizará parte del ajuste que tiene que ver con el gasto previsional, casi 50% del gasto primario. Ya que al estar indexado a la nominalidad, pasada cuando se acelera la inflación este gasto cae en términos reales”.
Coincidió en el análisis el economista Joaquín Waldman, quien remarcó que “la meta de equilibrio fiscal es posible y deseable porque limitaría la necesidad de endeudamiento y emisión”. Aunque también que la reactivación podría “no ser suficiente” para lograrla. “Por ejemplo, en 2022 no alcanzaría con el crecimiento para llegar a 2,5% del PBI teniendo en cuenta que se pierden algunas fuentes de ingresos extraordinarias”, añadió. Y remarcó que “para alcanzar la meta va a ser necesario reducir los gastos vinculados con la pandemia y segmentar las tarifas de los servicios públicos para que no se disparen los subsidios”.
Escenarios
Nadin Argañaraz y Ariel Barraud, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), realizaron un informe que plantea escenarios en base a hipótesis de crecimiento, recaudación y gastos. Advierten que “para empezar a disminuir el endeudamiento neto del sector público es necesario dejar de tener déficit. Y se quiere generar recursos genuinos para cancelar la deuda, es necesario tener superávit fiscal”.
El estudio sostiene que el equilibrio fiscal puede lograrse para 2025 “con un crecimiento del PBI del 3%, con ingresos que en el período muestren una reacción consistente y positiva por encima del crecimiento de la economía a niveles cercanos a los más altos mostrados en la historia reciente, y con un control del gasto primario agregado que lo mantenga constante (sin crecimiento real) desde 2022”.
En síntesis, el informe señala que retornar al sendero es alcanzable, aunque en un contexto de mantenimiento del gasto: “Se evitaría así un ‘ajuste’, pero su participación en el PBI iría retrayéndose de los valores de las últimas dos décadas. Claro que para esto se requiere que los ingresos públicos crezcan por encima del crecimiento del producto, situación que se verifica en general en contextos de crecimiento económico en los cuales aumenta el cumplimiento y disminuyen la elusión y la evasión. Asimismo, aparece como clave que la economía crezca año a año, aunque sea a tasas moderadas. El marco de política económica es esencial para que esto pueda ocurrir”.