La resolución del conflicto con los holdouts, que ayer mostró importantes avances a partir del preacuerdo logrado con el fondo NML Capital, de Paul Singer, le permitirá a la Argentina obtener financiamiento internacional a una tasa del 5% anual, según coincidieron varios analistas. De esta manera, el Gobierno podrá reacomodar el frente interno y cumplir con su plan económico tendiente a reducir la emisión monetaria, el déficit fiscal y, consecuentemente, la inflación.
«La resolución del conflicto con los acreedores rebeldes es importante y necesaria para la Argentina porque eso destrabará el ingreso de capitales al país, lo cual no sólo oxigenará al Gobierno, sino también a las provincias y empresas», manifestó el director gerente del banco de inversión Puente, Marcos Wentzel. El analista agregó que «es necesario que entren capitales» y que mientras antes se resuelva el conflicto de la deuda, antes llegarán inversiones alternativas de financiación para provincias y empresas».
Wentzel sostuvo que el mercado espera que el costo financiero para las eventuales emisiones sea mucho menor al actual, con una tasa similar al promedio de la que están afrontando los países de la región en sus colocaciones. «Se podría bajar a tasas del 5% promedio. Ahora, la Argentina está afrontando tasas en sus bonos de entre el 7,5 y el 8%», precisó el analista de Puente Hermanos.
Coincidió con él el economista Dante Sica, de la consultora abeceb.com, quien consideró que si logra cerrarse el acuerdo con los holdouts, la Argentina deberá esperar a que se derogue la Ley Cerrojo y que el juez Thomas Griesa reponga el stay antes de poder salir al mercado. Pero señaló que una vez resuelto eso, rápidamente el país podría lograr acceso a financiamiento a «tasas razonables», que «será importante para el sector público y también para el privado». «Eso terminará de darle consistencia al plan económico. Si no se logra financiamiento rápido, el Gobierno tiene que achicar más el déficit o pedirle más plata al Banco Central», enfatizó Sica.
La gestión de Mauricio Macri asegura que el kirchnerismo le dejó un déficit fiscal de 7 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) por lo que necesitaría el ingreso de dólares para bajar la relación con la emisión de pesos, que hasta ahora se venían realizando casi sin respaldo. El déficit financiero de las provincias, en tanto, creció 719% en 2015 hasta alcanzar los $ 41.847 millones, según la consultora Economía & Regiones.
En ese contexto, el Gobierno negocia contrarreloj con los acreedores rebeldes que litigaron contra el país para pagarles la deuda con una quita del 25%, lo que representaría un desembolso de unos u$s 6500 millones de dólares en efectivo, con el objetivo de poner fin al default.