• Lejos del 35%, ahora se espera un índice más cercano al de 2015
Uno de los primeros temas que ocupará a las principales consultoras económicas del mercado local es el cálculo de la inflación para el año que acaba de arrancar. La postura prácticamente unánime hasta las últimas semanas era que el piso para 2016 se ubicaba en el 30%, pero en general el rango de los analistas se ubicaba entre el 32% y el 38%. Es decir, un panorama parecido al de 2014, cuando la devaluación y la suba tarifaria impactaron de lleno en los precios.
Sin embargo, en pocas semanas cambió el panorama de una manera bastante drástica. El equipo económico del macrismo comenzó a trabajar en las expectativas de los agentes económicos, que de hecho ya comenzaron a revisar sus proyecciones para el año que se inicia. Muchas consultoras darán a conocer sus nuevas estimaciones en las próximas jornadas. Entre los motivos principales que generaron este repentino cambio de lo que se espera en materia inflacionaria se encuentran los siguientes:
• La devaluación fue menor que la esperada. Lejos del descontrol que algunos creían que podría ocurrir por el levantamiento del cepo cambiario, el dólar se ubicó bien por debajo de los valores que había mostrado el «blue» en los últimos meses. Mientras que muchas empresas habían fijado sus precios esperando un salto del dólar a $ 16 o incluso valores superiores, el hecho de que se ubicara por debajo de $ 13,50 obligará a recalcular a muchos de los que habían llevado adelante aumentos «preventivos».
• Fuerte absorción por parte del Central: el martes el BCRA absorbió $ 27.000 millones en la licitación de Lebac, con reducción de la tasa de interés. Federico Sturzenegger, el nuevo presidente de la autoridad monetaria, dejó claro que al dar a conocer sus lineamientos monetarios para 2016 que la prioridad estará puesta en atacar la inflación. Por eso, se descuenta que la política de fuerte absorción monetaria continuará en niveles elevados como mínimo durante todo enero. Esa disminución de la cantidad de dinero debería reducir el impacto de la devaluación en los precios. En esos lineamientos presentados a fines de la semana pasada, se da a entender que el Central establecerá metas de inflación, pero como una idea a futuro imposible de implementar en el corto plazo.
• El impacto tarifario también sería algo más limitado de lo que se adelantaba: a partir de marzo comenzaría el aumento de tarifas, especialmente del sector eléctrico, lo que provocará un salto en los índices de inflación. Pero al mismo tiempo, desde el Ministerio de Energía adelantó que podría haber una rebaja de impuestos en los combustibles para disminuir el impacto del aumento de las naftas en los bolsillos.
La dinámica de 2016 podría ser relativamente parecida a la de 2014, es decir, un primer semestre con niveles de inflación más altos, pero que aflojaron mucho en el segundo semestre. De hecho, ese año se estimaba inicialmente una inflación del 40%, que terminó estando más cerca del 32%. La diferencia es que en este primer trimestre del año, la inflación no superaría el 3% o 3,5% mensual, cuando aquel año hubo registros superiores al 5%.
El propio Gobierno indicó que en diciembre la inflación se habría ubicado entre el 3% y el 3,5%, pero con una tendencia descendente en la segunda quincena. Es posible que en enero se repite un nivel parecido. El objetivo del Gobierno es que ya en el primer trimestre de este año comience a notarse una tendencia a la baja de la inflación, con el objetivo de encauzar el acuerdo social que procura el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. De esta forma, la intención sería que la suba salarial se ubique en niveles no mayores al 25% y tratar de que el aumento resulte parejo con la inflación para que no haya pérdida de poder adquisitivo.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=822043