Luego de que el IPC de marzo volviera a superar el 2%, los especialistas esperan mayores definiciones del BCRA y hasta algún volantazo en la política monetaria una vez que pase el pico inflacionario.
Analistas económicos afirman que el Banco Central está tratando de solucionar los problemas que él mismo provocó con el relajamiento monetario de enero y que la baja de tasas hizo saltar al dólar, que terminó agrandando el impacto en la corrección tarifaria en los precios.
«El BCRA apunta a cerrar el año con la inación en torno al 20%» Gabriel Caamaño, socio de Consultora Ledesma
El Banco Central (BCRA) reiteró ayer que la aceleración de la inflación es transitoria y yo creo que están realmente convencidos de eso por dos razones. En primer lugar, porque ese incremento es consecuencia de la flexibilización de política monetaria de enero; en segundo término, porque el propio BCRA se encargó de frenar los efectos de ese relajamiento al detener las bajas e intervenir en el dólar.
La aceleración de la inflación núcleo habría sido menor, aún en el contexto de los aumentos tarifarios, si no se hubiera producido esa flexibilización de la política monetaria. Más allá de las razones del relajamiento monetario, lo cierto es que hubo un error en enero y la flexibilización fue injustificada. Las consecuencias de ese error se pueden subsanar pero hay que ver cómo impacta en los agentes económicos y en la credibilidad del BCRA. Eso lo vamos a ver en mayo, cuando sepamos cuánto va a costar mantener un sendero de desinflación consistente. Si el BCRA logra llegar al 20% de inflación solamente administrando las bajas de tasa, los daños habrán sido menores. Si, en cambio, tiene que volver a subirla, se dará la situación opuesta porque habrá una mayor apreciación del tipo de cambio y se habrá dañado la reputación del BCRA y el proceso desinflacionario. En este contexto, yo creo que la autoridad monetaria está apuntando a cerrar 2018 con la inflación lo más cerca posible del 20%, en orden con las proyecciones del REM.
«No se debió haber convalidado la baja en el mercado secundario » Eric Ritondale, economista jefe de Econview
Si alguien dudaba de que Sturzenegger subirá la tasa de política si el dato de inflación de mayo no es bueno, esto quedó despejado. Por lo pronto, puede comenzar a intervenir para subir las tasas de Lebac.
Desde mi punto de vista, no se debió haber convalidado la baja que se ha visto en el mercado secundario.
En líneas más generales, lo que se está viendo últimamente es un mayor activismo en el mercado cambiario, para acotar la volatilidad y contener la depreciación derivada del desacuerdo de expectativas entre el mercado y el Banco Central que se originó tras el cambio de metas y el relajamiento de la política monetaria a fin de año, y un menor activismo en cuanto a las tasas de interés.
Esta es una diferencia respecto al esquema que prevalecía el año pasado, en tanto el Banco Central se mostraba más dispuesto a convalidar movimientos en el tipo de cambio y no intervenir en el mercado cambiario, y se mostraba más activo con las tasas. Salvando las distancias, esto último se parecía más a lo que en la región tienden a hacer países como Colombia, por ejemplo. Las prácticas más recientes se parecen más a lo que sucede en Perú.
Seguramente quedan por delante más meses con activismo cambiario. Fundamentalmente, hacia adelante creo que el Banco Central va a buscar atenuar los movimientos cambiarios para evitar depreciaciones o apreciaciones desmedidas.
«La suba del dólar aumentó el impacto de tarifas en los precios » Rodrigo Álvarez, socio y director de Analytica
Sorprendió que el BCRA mantenga la comparación de la tasa de interés real al encarar el año como argumento auspicioso para el cumplimiento de la meta de inflación. Si bien es cierto que la tasa es más alta que al inicio de 2017 (cuando reducirla fue un error reconocido por el organismo), también es verdad que cayó significativamente en el primer trimestre del año en comparación con el promedio de 2017.
La reducción nominal de la tasa de interés que provocó una suba del tipo de cambio y la demora del BCRA para contenerlo aumentó el impacto de la suba de tarifas. Creemos que el BCRA debe corregir el sesgo de la política monetaria si quiere evitar futuras complicaciones en materia de precios.
Nuestra proyección de inflación para fin de año es de 22% y la descomponemos según el impacto de las paritarias (cuyo piso es de 15%), la variación del tipo de cambio (que vemos en $ 22,60 a fin de año) y el efecto de la Revisión Tarifaria Integral. Todo esto implica una base inflacionaria de 17 puntos pero hay que contemplar el arrastre del tipo de cambio, los precios regulados y las paritarias por encima de la base, que estimamos en 5 puntos adicionales. Hacia adelante, el ritmo de inflación será descendente pero nos volverá a dejar a 7 puntos de la meta como en 2017. Si continúa por este sendero, el BCRA perderá credibilidad y eso podría debilitar los canales de transmisión de la política monetaria, exigiéndole más tasa para administrar el tipo de cambio y la inflación.
«Post 28-D la credibilidad del BCRA se resintió en el exterior » María Belén Rubio, economista jefe de Fundación Capital
Al mercado le quedó la confirmación de que el dólar tendrá un techo por lo menos hasta que cierren las paritarias. Además ayer hubo un reconocimiento implícito por parte del Central del pass through de la devaluación a precios.
Si la tasa de inflación baja a partir de mayo, el Central no se movería en abril aunque se supere la tasa de marzo. Solo lo hará si la inflación núcleo sube en el quinto mes del año.
Por otro lado, al mercado le quedó claro que el Central intervendrá en la plaza cambiaria para mantener el tipo de cambio en estos niveles. Recién podemos esperar un deslizamiento para en el último cuatrimestre del año, orientado a que la evolución del tipo de cambio y de la inflación se emparden en ese momento. Si bien la reputación del BCRA no se afectó totalmente entre inversores locales, post 28D, si se resintió en el exterior. Fue un error del central lanzarse a un esquema de metas de inflación para una economía con la distorsión de precios relativos como la Argentina.
La tasa de interés por si sola no es un instrumento muy potente para bajar la inflación y el Central debería seguir un poco más de cerca la evolución de los agregados monetarios. Insistir con el uso de un único instrumento no garantiza resultados distintos. Debería estar más atento y coordinando los impactos de la monetización del déficit vinculados al endeudamiento. La clave es disminuir el ritmo de creación de dinero.