El comité conformado por fondos deberá evaluar si el país ingresó en un «evento de crédito» al no pagar u$s 503 millones. Al tratarse de un acuerdo entre privados, el dictamen no afecta al país. Reaparece Paul Singer.
En los próximos días la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA) deberá determinar si Argentina ingresó en un evento de crédito cuando, el 22 de mayo, decidió no abonar los intereses de tres bonos Global cuya fecha de pago estaba estipulada para 30 días antes. Una vez que el ISDA se expida al respecto, se sabrá si los acreedores que tenían un seguro en caso de cesación de pagos conseguirán que se activen las cláusulas de cobro.
Ámbito Financiero consultó a una serie de especialistas de Wall Street, quienes coincidieron en que el no pago configura un default y, por lo tanto creen, que se terminarán gatillando los Credit Default Swap (CDS). En principio, esto no cambia la situación del emisor soberano, en este caso Argentina, ya que se trata de un acuerdo entre privados: el fondo que sacó un seguro por sus bonos argentinos podrá entregarlos a la entidad que los haya asegurado a cambio de un resarcimiento. Según las estimaciones del mercado, esto situación podría activar pagos por entre u$s1.300 y u$s1.500 millones.
“Por supuesto que se determinará que hubo default y se van a gatillar los CDS”, señaló Diego Ferro, economista argentino que se desempeña en Wall Street como presidente de M2M Capital. En sintonía con Ferro, el estadounidense Walter Molano, analista de riesgo de BCP Securities, indicó: “Se van a gatillar. Es algo que iba a suceder de todas formas con el canje”.
Por otra parte, Molano no cree que esto vaya a afectar la ya golpeada reputación crediticia del país: “No es nada que estuviera imprevisto. Los que compraron pagaron CDS van a estar contentos por cobrar y quienes aseguraron deberán ir a reestructuración”.
A nivel internacional existe un consenso de que Argentina está en cesación de pagos. De hecho, las calificadoras Fitch Ratings y Standard & Poor’s le bajaron la calificación crediticia al país. Mientras que Gabriel Torres, vice president senior credit officer de Moody’s Investor Service, le aclaró a este medio su posición: “Argentina no está en default técnico, está en default. Default técnico es cuando un deudor tiene ciertas obligaciones de mantener determinados ratios y justo un año no cumple con ellos, pero sigue pagando”.
Por otro lado, el director del Estudio EcoGo, Federico Furiase, explicó que una eventual activación de los seguros por default no tendría impacto alguno para nuestro país: “Es un contrato entre privados. Algún banco que tiene posición vendedora neta perderá plata. De hecho, paradójicamente, hasta puede ser funcional a la negociación para los acreedores que tomaron cobertura y cobran los CDS. Pero sí es una batalla perdida para el ministro de Economía, Martín Guzmán, dado que fue crítico de la arquitectura financiera internacional y de cómo el juego de los CDS podría tener incentivos cruzados en un proceso de reestructuración”.
Un dato curioso es que los seguros por default volverán a cruzar a la Argentina con un viejo conocido: Paul Singer, titular de Elliott Management Corporation. Este fondo es uno de los integrantes del comité que decidirá si hubo o no un evento que justifique el pago de seguros. Goldman Sachs Group, JP Morgan Chase & Co., Pacific Investment Management Co. y Cyrus Capital Partners también están involucrados en la decisión.
“No está claro quién posee la mayoría de los swaps, ya que esa información rara vez es pública. Algunos inversionistas los compran para cubrir su exposición a bonos, mientras que otros los recogen como una apuesta contra la deuda de un país en particular. Elliott también formó parte del panel de swaps de default crediticio de Argentina en 2014”, señaló en una nota reciente la agencia Bloomberg.