El INDEC dará a conocer este jueves el dato de la inflación de mayo. Una cifra que, según estimaron las consultoras privadas, rondará entre el 1,5% y el 2%. Así, se mantendría la tendencia observada en abril, cuando el Índice de Precios al Consumidor subió 1,5% contenido por los efectos de la cuarentena. De todas formas, no es una batalla que el Gobierno pueda dar por ganada. Es que los analistas coinciden que la desaceleración en el IPC es un fenómeno transitorio y que, una vez que se terminen las restricciones, volverá a los niveles previos a la cuarentena.
El congelamiento de tarifas y combustibles, el programa de precios máximos y los inconvenientes que el aislamiento social genera en el consumo, son algunos de los factores por el que distintas consultoras privadas estimaron que la desaceleración en la suba de precios continuó durante mayo.
La posible aceleración de la inflación poscuarentena quedó reflejada en el REM, realizado por el Banco Central. Mientras que la previsión para mayo fue de 1,7%, para junio se estimó 2,3% y en julio, hasta 3%. “En tanto, se elevaron las proyecciones para el mediano plazo, ascendiendo en septiembre hasta 3,7%, en octubre a 4% y 3,9% en noviembre”, señaló.
“La cuarentena funcionó como política antiinflacionaria, aunque de manera poco tradicional y deseable: tras más de dos años, la suba de precios perforó el 2% mensual en abril y mayo”, analizó Ecolatina. Al repasar algunos de los motivos de esa desaceleración, remarcó la casi inexistente suba en los precios regulados, el derrumbe en los valores del petróleo y la postergación de paritarias.
De todas formas, existen variables que pueden conspirar para una futura escalada inflacionaria. “El exceso de liquidez y la incertidumbre propia de la economía argentina, aumentada por el coronavirus y la negociación de la deuda, impulsaron la demanda de dólares paralelos, elevando la brecha cambiaria a 80% entre mediados de marzo y mayo”, sostuvo la consultora, quien se refirió a las medidas adoptadas por el Banco Central para intentar reducir esas brechas, aunque aclaró: “Cuantas menores sean las posibilidades de acceder al MULC, mayor será el impacto de las cotizaciones paralelas en las importaciones y, por ende, en el nivel de precios”.
Es por eso que Ecolatina concluyó que “se acumulan argumentos como para sostener que la baja de la inflación será más transitoria que permanente y que la misma volvería a los niveles precuarentena, o incluso los superaría, una vez pasadas las restricciones”. “Paritarias que se desarrollarán algunos meses más tarde de lo usual y la mayor importancia del dólar paralelo para la formación de precios, serán las claves de esta dinámica”, concluyó el informe, que estimó para este año una inflación del 45%.
En la misma línea, desde la consultora ACM estimaron que en los próximos meses la inflación volverá a los niveles “previos”, es decir entre 2,5% y 3%, para terminar el año con un piso de 45%. Por su parte, desde LCG señalaron: “Hay sensación de una inflación reprimida. Hay mucho riesgo cuando se mira hacia delante, en una eventual salida de la cuarentena, con un mercado inundado de pesos y la necesidad de corregir el tipo de cambio nominal, sumado a la brecha y que las tarifas se vuelvan a alinear, al igual que los combustibles”.