El Gobierno anunció que adelantará el pago del denominado Impuesto a la Riqueza al mes de marzo, esto cambia radicalmente el flujo de fondos en el mercado cambiario y monetario.
Por Salvador Di Stéfano
Los ingresos provenientes del impuesto a la riqueza son un bálsamo para las cuentas fiscales. Para pagar este impuesto los contribuyentes deberán vender los dólares ahorrados, y esto podría ponerles un techo transitorio a los dólares alternativos.
El gobierno anunció que adelantará el pago del denominado Impuesto a la Riqueza al mes de marzo, esto cambia radicalmente el flujo de fondos en el mercado cambiario y monetario. Habría un excedente de dólares a liquidar para pagar el impuesto, y habría superávit de pesos en las cuentas fiscales. Es una ventana de tiempo que el gobierno debería aprovechar para hacer reformas estructurales, aunque lo vemos difícil en un año electoral.
El Impuesto a la Riqueza se debe pagar el 30 de marzo del año 2021. Según estimaciones de la Oficina del Presupuesto del Congreso la recaudación rondaría los $420.000 millones. Se informó que hay 380 personas humanas que declaran bienes por más de $3.000 millones y que realizarán el 55% del aporte total que deje el impuesto.
De todo lo expresado, nos dedicamos a realizar proyecciones. Si del total a recaudar, pagan el 40% de los contribuyentes, la recaudación del impuesto al 30 de marzo rondaría los $168.000 millones. Vamos a ir sacando algunas conclusiones:
1) Con esta recaudación del Impuesto a la Riqueza o aporte solidario, en el mes de marzo las cuentas públicas deberían ser superavitarias, por ende, el Banco Central no realizaría emisión de pesos, lo que podría descomprimir la expectativa de inflación moderadamente.
2) Los agentes económicos no están pesificados, por ende, para afrontar el pago de este impuesto, muchas personas humanas y jurídicas procederán a vender sus ahorros en dólares, lo que seguramente plancharía el valor del dólar por un buen tiempo.
3) El pago en una sola cuota del Impuesto a la Riqueza va a estresar el mercado del dólar, hará superavitaria las cuentas fiscales y le permitirá al gobierno ingresar en el trimestre de oro.
Los meses de abril a julio son muy buenos para el Banco Central, ya que en abril se lleva adelante la cosecha del maíz de primera, en mayo y junio la soja y en julio el maíz de segunda. Se estima una cosecha piso de 45 millones de toneladas de maíz y soja, a los precios actuales serían cerca de u$s19.000 millones, si se vende la mitad de esta cosecha ingresarían a las arcas del Estado cerca de u$s9.500 millones, suma de dinero muy interesante para apagar la sed del mercado cambiario.
Entre los meses de abril y mayo el Gobierno debería tener cerrado el acuerdo con el FMI y pagarle al Club de París, si esto ocurre el mercado cambiario debería estar muy tranquilo.
Sería fundamental en los próximos meses acelerar la vacunación en Argentina, algún contratiempo sanitario podría hacer que los gastos se incrementen y obligar a erogaciones no prevista, que no encontrarían financiamiento genuino, y esto podría derivar en emisión de dinero sin respaldo.
Conclusiones
El dólar podría estar muy tranquilo, el dólar oficial crecería por debajo de la inflación esperada. Esto ya lo vemos en la estructura de precios de dólar futuro que fija el Banco Central al participar en el mercado Matba Rofex con ventas en todos los plazos, y bajando sustancialmente la tasa implícita futura.
En este escenario el Banco Central no parece dispuesto a modificar la tasa de interés de política monetaria, a pesar de que la inflación de enero sea elevada.
La oferta de dólares para pagar el Impuesto a la Riqueza mantendrá a raya a los dólares alternativos. Tal vez sea una excelente oportunidad de compra pensando a mediano y largo plazo. Quienes tengan que vender dólares o mercadería dolarizada en los próximos meses, es un buen momento para vender en el mercado de futuros.
Lo plazos fijos que ajusten por inflación le ganarán en los próximos 90 días a la evolución del dólar, dada esta sobreoferta de billetes y cuentas públicas superavitarias.
La suba del mínimo no imponible de ganancias para los empleados en relación de dependencia del sector privado y público es una excelente noticia y debería alentar el consumo desde abril en adelante. Sin embargo, la suba de la alícuota del 7% al 13% para la distribución de dividendos en las sociedades es una mala noticia, ya que eleva la tasa de ganancias al 39,1% si se realiza distribución de dividendos.
Si el gobierno tiene una buena recaudación del impuesto a la riqueza (cuanto más alta la recaudación, más planchado el dólar y menos inflación), acuerda con el FMI, le paga la Club de París y se logra una buena cosecha, la ventana de tranquilidad cambiaria se podría extender más de 90 días. Esto dependerá mucho del monto de lo recaudado en el Impuesto a la Riqueza. Todo esto, siempre y cuando, no se potencien los problemas sanitarios. Si la coyuntura cambia, nosotros cambiaremos.