La autoridad monetaria compró u$s 130 millones el viernes y u$s 878 millones en junio. Aprovechó así los últimos días del primer semestre, el de mayor abundancia de divisas
El titular del Banco Central (BCRA), Juan Carlos Fábrega, no perdió el tiempo. Con el frente judicial abierto, no escatimó esfuerzos para comprar divisas de la exportación con las que hacer frente a cualquier pago o eventualidad que surja de las cortes de los Estados Unidos.
A poco de que el revés judicial en la Corte Suprema de los Estados Unidos pusiera en jaque el objetivo de sostener el nivel de reservas y reforzarlo mediante una colocación de deuda en el exterior, el titular de la autoridad monetaria concentró todas sus fuerzas en captar tantos dólares como fueran posibles en el mercado cambiario, para estar mejor preparado ante cualquier eventualidad. El Central compró u$s 540 millones la semana pasada y acumuló compras por u$s 878 millones a lo largo de junio. Las reservas cerraron la semana en u$s 29.243 millones, una ganancia de u$s 701 millones desde el revés judicial en el litigio con los fondos buitre.
La noticia de que, contra la expectativa del mercado, la Corte Suprema de los Estados Unidos no analizaría el caso de Argentina contra los tenedores de bonos que no entraron a los dos canjes de deuda que completó el país generó una reacción inmediata del BCRA. En los primeros días, la decisión se conoció el lunes 16 de junio, la autoridad monetaria optó por detener el camino descendente de las tasas y anestesiar al mercado cambiario mayorista al punto de reducir al mínimo el volumen operado.
Pasadas las primeras horas y, mientras se dibujaba el escenario de una negociación con los buitres, la estrategia cambió. Con subas de tasas de corto plazo, facilitadas por factores estacionales, el BCRA forzó a todos los que estaban poco líquidos a vender divisas, ya sea de ventas al exterior o de carteras propias.
El viernes pasado, el BCRA compró u$s 130 millones y sumó así u$s 540 millones de compras en cinco días.
“El BCRA aprovecha los últimos días del segundo trimestre, el que generalmente concentra la mayor parte de divisas de la exportación”, dijo un corredor cambiario. “La incertidumbre por lo de Griesa le jugó en contra, porque retrasó liquidaciones de exportaciones, pero gracias a que en esta parte del año suele haber mucha demanda de pesos para pago de impuestos y aguinaldos, Fábrega usó la suba de la tasa de corto plazo para estimular ventas de divisas”, continuó el mismo operador.
“Está juntando para los buitres”, bromeaban en la mesa de un banco. “La fuerte demanda de pesos dura poco, más vale usarla”, agregaron.
La tasa de “call” a un día –son préstamos entre bancos de extremadamente corto plazo– tocó máximos de 36% a lo largo de la semana pasada. El viernes, la que pagan entidades de primera línea aflojó bastante y cerró en 27,5%, todavía a un nivel alto. Esa sequía de pesos de corto plazo –el call es parte esencial del fondeo de algunas entidades– vuelve mejor negocio desarmar carteras dolarizadas antes que tomar préstamos en pesos.
Cuando el martes próximo arranque el segundo semestre del año Fábrega se enfrentará a la parte más difícil del calendario. Aunque hay previsiones de que las ventas de soja al exterior vienen lentas y podrían extenderse, hoy el país puede entrar en mora (casi default) y la perspectiva de una salida a los mercados se vuelve difícil.