El golpe de la jornada que pasó afectará a todos los planes de compras en cuotas, a los pagos de impuestos y a la cadena de pagos en general. Un golpe de esta magnitud, no da oportunidad de pronta recuperación
«Fue una estampida». La definición correspondió a un operador al terminar a rueda cambiaria. «No puedo creer que, con el triunfo al alcance de la mano, hagan semejantes declaraciones que pusieron nerviosos a todos los jugadores del mercado. Con hacer la plancha les alcanzaba», agregó.
Y razón no le faltó porque incluso el Gobierno recibió las críticas de Alberto Fernández contra Mauricio Macri y el FMI como un elemento que les juega a favor en unas elecciones que parecen perdidas de antemano.
«Nombrar las palabras restructuración, perfilamiento y otras que tienen que ver con el default, es desatar demonios que se vuelven incontrolables y terminan jugando en contra», señaló otro de los agentes de Bolsa que vio cómo se derrumbaban las paridades de los bonos, se disparaba el riesgo país y el dólar tocaba niveles récord a pesar de la venta de USD 362 millones del Banco Central.
Martín Redrado, un hombre de consulta de Alberto Fernández, pero que dice no tener en sus planes participar del Gobierno, señaló que el día era muy especial: «Todos estaban sensibles porque el FMI está en la Argentina con sus analistas más duros y creo que le quisieron marcar la cancha en cuanto a con quien van a negociar en el futuro».
Lo cierto es que el humor de los hombres de la misión no era el mejor. La Argentina tiene las metas incumplidas. Debe absorber diariamente $33 mil millones para cumplir con el programa monetario y ajustar el déficit fiscal que está 0,7% debajo de lo comprometido. Todas estas razones trajeron dudas sobre que el organismo desembolse durante esta gestión los USD 5.400 millones. «¿Para qué van a entregar ese dinero si los posibles sucesores le dicen que van a renegociar todo?», señaló uno de los operadores más importantes de bonos que veía como en la pantalla aparecían ofertas irrisorias de papeles de la deuda.
En tanto, en la plaza se veían retiros de depósitos de plazo fijos y de colocaciones de fondos en pesos para pasarse a dólares. De hecho, en la licitación de Letras de Liquidez (Leliq) se captaron $ 190.167 millones a una tasa de 74,99% anual que fue 1,5 puntos más elevada que la del día anterior. A pesar del considerable aumento del rendimiento, no pudieron cubrir todos los vencimientos de Leliq por los retiros de pesos de los ahorristas. De esta manera, le agregaron más combustible al fuego porque liberaron para hoy $45 mil millones que seguramente buscarán destino en los dólares.
Ahora el mercado sabe que enfrente hay un Banco Central vulnerable. Las declaraciones de Alberto Fernández minaron las defensas y se van a necesitar más dólares de los que se imaginaban para contener el precio del billete. De hecho, ayer entre los dólares que licitó el Tesoro (USD 60 millones) y los de las Reservas se entregaron al mercado USD 362 millones. En un momento, el Central pareció bajar los brazos porque no podía controlar el precio. Al principio de la rueda parecía que todo iba a estar bajo control. Hubo algunos picos de precios, pero eran inmediatamente controlados por la venta de dólares oficiales. Después de las 13.00 no hubo manera de calmar los ánimos y el dólar cerró en los máximos del día.
En el mercado mayorista, donde los negocios alcanzaron a USD 709 millones, el doble del día anterior y con los exportadores ausentes, el dólar subió $1,21 a $ 56,40 (+2,19%). En bancos y casas de cambio, la divisa se operó a un promedio de $ 58,66 o sea que subió $ 1,35 (+2,35%).La plaza marginal después del mediodía, no daba abasto y terminó la rueda con el dólar a $58 con el dólar muy tomador.
El retrato de Dorian Gray del mercado es el riesgo país. Allí se juega una partida más profunda. El derrumbe de los bonos de la deuda, hizo que el riesgo país trepara 10,3% a 2001 puntos básicos, un nivel que no conocía desde 2004.
El derrumbe del bono clave, el Bonar 2020 que vence el año que viene lo dice todo. Perdió 13,60% de su valor y su renta es de 98% en un mundo donde los bonos de los países del primer mundo tienen rentas negativas. El Bonar 2024, el título insignia de la deuda argentina, bajó casi 9% y rinde 67%. Las tasas de retorno son ridículas y dejan afuera del mercado de capitales a la Argentina. De acuerdo al riesgo país, a la Argentina la nueva deuda le puede costar 22% en dólares. Por supuesto, es un razonamiento teórico porque a esas tasas no hay prestadores de dinero.
La realidad toma nota de estos datos. Por eso, para la licitación que comenzó terminará hoy a las 15.00 de las Letras del Tesoro en dólares (Letes), el rendimiento será muy elevado. De hecho, las Letes que vencen el mes que viene pagan 32% y las de noviembre hasta 52% en el mercado secundario. Por eso, los títulos que se licitarán obtendrán tasas más elevadas debido a que vencen el 4 de octubre y el 17 de enero, con el nuevo Gobierno en el poder. Los vencimientos alcanzan a USD 1.600 millones, de los cuales el sector privado tiene USD 909 millones que seguramente no serán renovados en su mayoría y le costará reservas al Banco Central. El mercado estima que se renovará apenas 20% de este monto licitado entre los privados.
El conjuro de las declaraciones de Fernández con la licitación de Letes, se pareció a un tornado que obligó al Gobierno a ofrecer la posibilidad de renovar con pesos las Letes de enero y cobrar dólares a su vencimiento.
Además, se licitarán $60 mil millones de Letras Capitalizables en pesos y $7.000 millones en Letras ajustadas por el CER (Lecer) a 35 días. No se prevé que haya un gran porcentaje de renovación. La apuesta lógica de los inversores sería cobrar los pesos y pasarlos a dólares. El clima es hostil para las inversiones en moneda local.
Las reservas, por supuesto, fueron afectadas por el movimiento y cayeron USD 786 millones a USD 57.473 millones. A pesar de la suba del oro y del equilibrio del euro, las reservas se vieron afectadas por el retiro de depósitos en dólares de los bancos que obligaron a que las entidades retiren encajes en dólares de la autoridad monetaria. Se calcula que por esta vía salieron alrededor de USD 400 millones.
A todo esto, la Bolsa bajó a su peor nivel desde 2017. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, cedió 4,74% con un elevado monto de negocios de $ 1.251 millones que indica que los inversores huyeron masivamente del mercado. Por supuesto, el panel no mostró alzas. La mayor caída fue la de Transportadora de Gas del Norte (-11,95%), seguida de Mirgor (-11,11%) y de Transener (10,46%).
En Wall Street, los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones- también padecieron la debacle, aunque anotaron dos alzas, la de Tenaris (+,129%) y la de Ternium (+2,40%). Ambas empresas del Grupo Techint tienen más influencia del exterior que del mercado local. De hecho, Ternium está radicada en Texas. La caída más fuerte fue la de IRSA con 14,60%.
Los argentinos entraron a un terreno minado anticipadamente. Tal vez esperaban encontrar estas oscilaciones en el período post electoral porque el ajuste por el resultado de las PASO parecía estar ordenado. El martes todo se volvió imprevisible. Si alguien se benefició de este tembladeral fue el Gobierno que no tenía nada que perder. Los demás pagarán esta incertidumbre que se traducirá en más inflación, más recesión y dolarización.
Para saber lo que puede venir basta con mirar unas décadas atrás. Todavía no se dimensionaron los efectos de este martes negro, pero afectará a todos los planes de compras en cuotas, a los pagos de impuestos y a la cadena de pagos en general. Un golpe de esta magnitud, no da oportunidad de pronta recuperación. La aprobación del desembolso del FMI de USD 5.400 millones puede cambiar apenas la tendencia. El dato doloroso es que la herencia para la próxima administración se agravó el martes 27 de agosto de 2019.