El indicador de JP Morgan alcanzó niveles máximos en cinco años para la Argentina y superó los 1.000 puntos básicos
Los problemas que afronta la economía argentina tienen su replican en las valuaciones de acciones y bonos. Reflejo de esa preocupación es el índice de Riesgo País, tan mentado en los últimos días como lo fue el precio récord del dólar en la City porteña.
El jueves pasado el Riesgo País argentino alcanzó a los 1.011 puntos básicos, un máximo desde febrero de 2014, para finalizar la semana en 968 enteros.
A través de este indicador, la banca JP Morgan mensura el diferencial de tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU, un activo considerado plenamente «seguro» en el mundo inversor, respecto de las emisiones de deuda de los países emergentes.
Esto significa que eventuales colocaciones de deuda pública a 10 años de la Argentina deberían ofrecer una tasa de retorno de 12,2% anual en dólares, resultante de la suma de la tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU con esa duración (2,5% ó 250 puntos básicos) y los 968 enteros del Riesgo País doméstico.
Esta tasa de dos dígitos es muy alta para las actuales condiciones financieras de la Argentina. Frente a un muy elevado endeudamiento en moneda extranjera, el Gobierno acudió al Fondo Monetario Internacional para conseguir financiamiento y cumplir con los pagos de capital y vencimiento de los pasivos, práctica que en condiciones normales los países realizan con nuevas emisiones en los mercados voluntarios de deuda (roll over). O dicho simple, ningún país cancela su deuda, si no que la va refinanciando a tasas accesibles.
El delicado presente de la economía local, con inflación por encima del 50% anual, asistencia del FMI, caída de actividad de 6% interanual en el primer trimestre de 2019, y altos niveles de desempleo (9,1%) y pobreza (32% de la población), queda expuesto en el diferencial de Riesgo País de la Argentina respecto de sus pares de la región, que llega a multiplicarse por cuatro.
JP Morgan midió para Brasil un Riesgo País de 252 puntos, de 191 para México, de 169 para Uruguay, de 171 para Colombia y de 101 enteros para Perú.
José Ignacio Bano, gerente de Asesoramiento Financiero de InvertirOnline.com, consideró «injustificado estos niveles. Puede ser pasajero en la medida que de acá a un año el Gobierno no va a tener que salir al mercado. El problema es cuando en un año y pico tenga que suceder, pero el programa financiero por el momento está cubierto. En julio o agosto del año que viene está el miedo, desde el punto de vista político».
Para el economista Santiago Bulat, de Invecq Consultora Económica, «con el Riesgo País por encima de los 900 puntos, el spread entre Argentina y el riesgo emergente vuelve a pasar los 500 puntos y se asemeja a los niveles de marzo 2014, meses antes del default. Sin embargo, la situación financiera de hoy estaría asegurada hasta el 2020″.
Ezequiel Zambaglione, jefe de Estrategia de Balanz Capital, dijo que «la parte corta de la curva (de vencimientos) es donde más se ‘estresa’ ese escenario. Cuanto más crece esa incertidumbre, desde ya deja de importar la tasa que paga el bono y pasa a ser un escenario binario sobre qué va a pasar y quién va a ganar. Con la expectativa de una elección con un resultado muy cerrado, los bonos pasan a cotizar en el medio de los dos extremos posibles».
«El dólar es otra cara de la misma moneda. Si se espera una dolarización brutal en un escenario y una dolarización moderada del otro, es decir que los dólares pueden regresar y frenarse la demanda, la divisa va a moverse en un precio intermedio entre los extremos de esos dos escenarios», agregó Zambaglione.
Bano lo describió «como una especie de espiral de profecía autocumplida. Aparece Cristina Kirchner en el escenario político, despierta la intención de voto de una parte del electorado, por la incertidumbre política empieza a subir el dólar, caen los precios de acciones y bonos, empeora el presente económico de la gestión de Mauricio Macri y se acrecientan más las chances de Cristina».