Cristina Kirchner dio una señal para disipar dudas sobre la voluntad de pago a todos los acreedores, incluso los que litigaron en Nueva York. Los mercados se anticiparon con importantes alzas en los activos argentinos
La decisión de la Corte Suprema de Justicia de los EEUU de dejar en firme los dos fallos adversos para la Argentina en la causa iniciada por los holdouts sacudió a los mercados financieros y tomó por sorpresa a los funcionarios argentinos, que esta semana hicieron declaraciones públicas cargadas de contradicción sobre la estrategia que se tomará para abordar el conflicto judicial remanente del default.
Este viernes, en el capítulo más reciente de esta saga política y jurídica, fue la presidente Cristina Kirchner la que contribuyó a despejar la ambigüedad y al enfatizar que el país tiene voluntad de negociar con los acreedores, si bien manifestó que "es necesario que se le generen las condiciones a la Argentina para poder negociar".
"Queremos cumplir con el 100% de los acreedores, con el 92,4% que accedió al canje y también cumplir con quienes no ingresaron al canje, pero pedimos que nos generen condiciones de negociación justas y en conformidad con la Constitución argentina, nuestra legislación y los acuerdos internacionales", dijo la mandataria en el acto por el Día de la Bandera. En ese contexto instruyó a los abogados que representan a la Argentina ante la Justicia norteamericana a que "le solicitan al juez generar las condiciones para llegar a un acuerdo igualitario con el 100% de los acreedores".
Las palabras de la Presidente son, en última instancia, consistentes con los pasos dados en los últimos meses, con los cuales el Gobierno dio muestras de su voluntad por resolver las asignaturas pendientes en el frente externo. Así llegó a un acuerdo con compañías que litigaron contra el país en el CIADI, convino con Repsol una compensación por la estatización de YPF y llegó a un acuerdo con el Club de París por las deudas pendientes desde la salida de la convertibilidad.
Por ello, terminar con el litigio con los bonistas en Nueva York, aún con su inevitable costo financiero, será una oportunidad para iniciar un camino que abra el acceso a crédito internacional a tasas bajas, luego de despejado este último obstáculo.
El 23 de febrero de 2012, el juez Thomas Griesa falló contra la Argentina y a favor del Fondo NML Capital (perteneciente a Elliot Management, fundada por Paul Singer), valiéndose de la cláusula de pari passu (tratamiento igualitario). Luego de la apelación argentina y la presentación de varios "amicus curiae", en noviembre de 2012, la Corte Federal de Nueva York dictaminó la obligación de Argentina de abonar a los demandantes el 100 por ciento de esos u$s 1.330 millones" al mismo tiempo o antes de que les pague a los tenedores de bonos reestructurados". Por pedido de la Argentina, el 28 de noviembre de ese año, la Cámara de Apelaciones suspendió el fallo de Griesa hasta que el máximo tribunal norteamericano –tercera y última instancia- definiera tomar o no el caso argentino.
Fue entonces que la decisión de la Corte de este lunes 16 cortó con la posibilidad de postergar el desenlace de esta querella hasta diciembre de este año, cuando vencerá la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers) introducida en el prospecto de emisión de los bonos reestructurados, y que impide ofrecer a los holdouts condiciones de pago mejores que las adjudicadas a quienes aceptaron canjear sus títulos en default.
Según la visión del Gobierno, el incumplimiento de esta cláusula podría desatar una ola de demandas del 93% de los inversores que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010, por unos 15.000 millones de dólares.
Cronología de una semana de vértigo
Conocida la definición de la Corte norteamericana, Cristina Kirchner aseguró el martes 17 de junio no iba a ceder ante la "extorsión" de los llamados "fondos buitre", en lo que se interpretó en los tribunales de los EEUU como una advertencia de desacato. El mismo día, el ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció que Argentina estaba desarrollando un plan para pagarles a los tenedores de bonos reestructurados, a través de un canje de sus títulos en dólares con ley de Nueva York por otros en pesos bajo legislación local, sin desembolsar dinero para los holdouts.
La propuesta de trasladar el mecanismo de pago a la jurisdicción argentina fue interpretada en EEUU como un intento de eludir el fallo. El miércoles 18 de junio, la Corte de Nueva York levantó el "stay" que mantenía congelada la ejecución de los fallos contra el país. No obstante, ese mismo día, en Manhattan, el abogado que defiende la postura Argentina, Carmine Boccuzzide Cleary Gottlieb Steen & Hamilton, informó a Griesa que funcionarios argentinos acudirían a Nueva York "la semana próxima" para iniciar negociaciones, según indicó Reuters.
En esa audiencia, el juez Griesa no tuvo reparos en mostrar su descontento por la actitud de las autoridades argentinas. "Argentina en los últimos doce años se ha tomado en broma las sentencias judiciales, no quiero que Argentina se vuelva a reír de una sentencia judicial", dijo el veterano magistrado a los abogados que representan al país en el llamado "juicio del siglo".
La reacción oficial no se hizo esperar. El 18 a la noche, un escueto comunicado del Ministerio de Economía alertaba que, a pesar de la voluntad de pago a los bonistas reestructurados, el levantamiento del "stay" impediría cumplir con el pago de intereses de los bonos Discount a fin de mes. El jueves 19, jefe de Gabinete, Jorge Capitanich dijo que "no hay misión ni comitiva preparada para un eventual viaje a Estados Unidos".
Las idas y vueltas del oficialismo tuvieron ribetes cercanos al ridículo, cuando cientos de militantes de organizaciones políticas y sociales kirchneristas protestaban en el Cabildo, con cantos y pancartas en repudio a la decisión de la Justicia de EEUU y los holdouts, al mismo tiempo que la Presidente expresaba la intención de negociar con los acreedores.
Impacto financiero
Ejemplo de la incertidumbre instalada sobre el futuro de la negociación con los acreedores fue el derrape de 8,7% del índice Merval de la Bolsa porteña, que cedió desde 8.047 puntos el viernes 13 a 7.347 el jueves último.
Otros indicadores de relevancia en el plano local también replicaron la prevención de inversores por un eventual default argentino. El dólar libre saltó 6,1% en la semana, hasta los 12,45 pesos. El Riesgo País, en cambio, registró el giro que se produjo este viernes en el ánimo inversor y retrocedió a los 688 puntos básicos, el nivel más bajo desde agosto de 2011.
Sin operaciones en Buenos Aires por el Día de la Bandera, la recuperación se observó claramente en las cotizaciones en Nueva York, donde los papeles de bancos argentinos rebotaron entre 12 y 14 por ciento, como reacción a la solicitud que se le hará al juez Griesa para iniciar negociaciones con los bonistas.
Las acciones de YPF comenzaron la semana en Nueva York a 32,93 dólares. Después de conocida la decisión de la Corte de EEUU, el papel de la petrolera perdió 11,9% el lunes 16, a u$s 29, para terminar el viernes a u$s 33,76, con una ganancia semanal de 2,5 por ciento.