• Abogados del país presentaron un escrito donde, para convencer al Juez, recurren a argumentos del FMI
Argentina intenta ahora blindar definitivamente en la Justicia de los Estados Unidos, la emisión del Bonar 2024 ante el mismísimo Thomas Griesa. Los abogados del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton (CGS&H) presentaron ayer oficialmente un escrito ante el magistrado neoyorquino, para que ese título público quede liberado de cualquier posibilidad de embargo por parte de los fondos buitre, que el martes 12 de mayo pasado avanzaron con Aurelius a la cabeza. Este había pedido a Griesa que embargara tanto la emisión como los futuros pagos del bono, por el cual en abril de 2015 el Gobierno obtuvo unos u$s 1.415 millones a una tasa de aproximadamente un 9% anual. El escrito de Aurelius fue aceptado por Griesa, que luego le pidió a la Argentina que presente sus argumentaciones defensivas por escrito, lo que los abogados de CGS&H concretaron ayer. En el escrito firmado por Jonathan Blackman y Carmine Bocuzzi avanza en los argumentos clásicos de la Argentina y le suma otros capítulos nuevos. Según la presentación, el criterio de «pari passu» no puede ajustarse a la emisión de deuda fuera de los Estados Unidos (el Bonar 2024 se lanzó en Buenos Aires y se liquidará en todo momento en el país), tal como reclaman los fondos buitre y Griesa adhirió en fallos anteriores. La novedad en este sentido es que como respaldo a la argumentación CGS&H expuso la posición del Fondo Monetario Internacional (FMI) que avala el criterio de contención del título público no como deuda externa (external indebtedness) sino como emisión local, más allá de la moneda en que haya sido ofrecido el bono. Según Blackman y Bocuzzi, el FMI avalaría esta argumentación: el «pari passu» sólo se aplicaría a las emisiones de «deuda externa», y el Bonar 24 fue una colocación exclusivamente local (strictly domestic)
Menciona luego el escrito que en el Bonar 24 no intervinieron entidades financieras ni como emisoras ni como colaboradoras o consejeras, asegurando que esta afirmación puede ser tomada como «declaración jurada» de la Argentina hacia el juez. Con esto el Gobierno quiere despejar uno de los argumentos de Aurelius y el resto de los fondos buitre, que apuntaban al Deustche Bank como una especie de partícipe necesario y oculto de la colocación del bono. Según la Argentina, tanto los compradores primarios como los secundarios lo hicieron directamente en el país y por la emisión de deuda lanzada por el Gobierno argentino, sin privados que hayan actuado.
Los fondos buitre sabían que las posibilidades de embargar la emisión del Bonar 24, emitido enteramente en la Argentina, eran utópicas. Lo que buscaba el escrito de Aurelius era en realidad complicar las futuras colocaciones del Bonar 24 que el Ministerio de Economía de Axel Kicillof tiene, al menos en teoría, programadas. La idea de los holdouts demandantes es la de complicar la imagen de la emisión bajo el temor de eventuales embargos futuros (o de al menos un complejo trámite judicial en el siempre complicado para la Argentina tribunal de Griesa), con el consecuente encarecimiento de futuras operaciones. La intención de máxima de los fondos buitre es la de elevar el costo de nuevas emisiones a más del 10% anual haciendo inviable la emisión.
La estrategia se completaría con la complicación de futuras emisiones de deuda voluntaria, para que el país no consiga dinero fresco para hacer frente al próximo vencimiento del 3 de octubre del Boden 2015, la operación financiera más importante que le queda al Gobierno de Cristina de Kirchner hasta entregar el mando en diciembre. Saben los fondos buitre que la presentación de Aurelius no tiene mayor destino en sí mismo. Así se lo habían aclarado incluso los «clerks» (secretarios ayudantes) de Griesa, el viernes pasado, cuando los abogados de los fondos buitre sondeaban la presentación del escrito que fue oficializado el lunes.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=793168