El resultado neto de una licitación habría sido una expansión de la base monetaria de $2,5 billones. Caen bonos y se van los inversores
Brechismo puro, la nueva disciplina que impone el dólar. Bienvenida a la Argentina. La cotización del dólar blue ($1280 para la venta) se despierta de su sueño libertario, después de numerosos meses de apreciación para el peso. No son los compradores de clase media, no.
Son, en todo caso, aquellos que con pesos en el bolsillo comienzan a ver que todo medio para dolarizarse es bueno cuando el cepo pone las reglas. Cae la deuda soberana y trepa el riesgo país. Se le ha marcado al ministro Luis Caputo muchas inconsistencias en su plan. Lo han hecho los economistas más ortodoxos, establishment a pleno, desde Miguel Ángel Broda, Ricardo Arriazu, Marina Dal Pogetto, Luciano Laspina, y tantos otros, hasta el propio Domingo Cavallo. Precisamente este último viene de marcarle al Presidente que debe desdoblar el mercado, un dólar libre financiero y otro comercial.
Al margen de cuestiones básicas que conviene al menos mencionar, como el ancla cambiaria del crawling peg del 2%, la baja de tasas de interés por parte del BCRA y hasta la -ahora menguante- bicicleta financiera promocionada por el Gobierno -se están yendo los inversores que venden sus bonos y posiciones en pesos para comprar dólares-, lo concreto es que por estas horas crece la demanda de dólares se mire donde se mire.
Errores no forzados y de los otros: a emitir pesos
La sensación es que el dólar está atrasado con respecto a todo y que la Casa Rosada cometió un error sustancial: devaluó el peso -y los ahorros de los argentinos- con respecto a todos los bienes y servicios de la economía, pero lo abarató con respecto al dólar.
Los últimos meses son evidencia de eso. El objetivo último del Gobierno pareció ser, cepo mediante, asegurarse de comprar dólares baratos para recomponer reservas y así mejorar la hoja de balance del BCRA. Claro que emitió pesos para poder quedarse con esos dólares y que esos pesos ahora van de un lugar a otro, del BCRA al Tesoro, un juego de iguales que, según el presidente Milei, está saneando el frente financiero.
A eso súmese la promesa del enroque de los dólares a importadores vía BOPREAL y los compromisos que asume el Tesoro cada vez que le endosan la vieja deuda del BCRA, mucho de eso en dólares.
El dato secreto que mueve al dólar CCL y al blue
Vinculado con esto último, quizás hay un dato que dábamos a conocer esta semana y que podría estar haciendo olas en el mercado del dólar. Cada vez hay más pesos en la base monetaria y el Gobierno va perdiendo capacidad de mantener esos pesos en gateras. Un ejemplo inmediato. El stock de pases (dinero que el BCRA toma de los bancos y éstos de los plazofijistas) registró una caída de $10,9 billones el lunes en que se liquidó la licitación de la semana pasada. Según datos de mercado, esto representa un 33% del stock total de pases al viernes 17 de mayo. Como el financiamiento neto de licitación fue de $8,6 billones, el resultado neto de la operación del lunes habría sido una expansión de la base monetaria de aproximadamente $2,5 billones, lo que equivale al 11% de la misma.
Ahí hay combustible suficiente para una suba del dólar, auspiciada por la baja de tasas y las distintas inconsistencias del programa económico que sería largo enumerar. ¿La liquidación del agro? También contribuye a alimentar la especulación en su alicaída velocidad crucero y en el mensaje del Presidente que suele salir a negar el atraso cambiario, porque acelerar la devaluación implicaría empezar a evidenciar que las decisiones que tomó están generando un límite muy claro para el devenir del plan: en el comienzo del mandato, el presidente Milei generó una devaluación enorme, un salto del 118% del dólar, lo que implicó una transferencia de recursos de la clase media y baja a los sectores concentrados de la economía.
Luego desreguló los principales bienes y servicios que consumen los argentinos, algo que volvió a implicar una segunda transferencia. Además, en los últimos meses, licuó el poder adquisitivo de esos pesos contra bienes y servicios, al tiempo que buscó cambiar precios relativos (dólar quieto, energía arriba, salarios abajo) aprovechando las olas de inflación generadas por la Casa Rosada.
Ahora, los problemas aparecen. “No hay plata”, dicen las familias para pagar el aumento de la luz y el gas, lo que implica necesariamente un parate en el plan de recorte de subsidios del Gobierno. Súmese a eso que la acción del brechismo, la brecha, que empieza a dibujar la cotización del dólar CCL, blue o MEP con respecto al oficial y, por otro lado, el desincentivo que representa para los agroexportadores liquidar sus ventas contra un dólar oficial al que hay que restarle las retenciones. Cada vez queda más lejos.