Los equipos técnicos de la entrante gestión trabajaban con derechos de exportación de 35% para la soja y menos de 20% para trigo y maíz para reforzar los ingresos públicos en un año intenso.
A dos semanas de la asunción de Alberto Fernández y cuando todavía se esperan certezas sobre las principales espadas de colaboradores, los equipos técnicos del entrante gobierno afinan los detalles de las medidas económicas que adoptará en el primer tramo de su mandato. En ese sentido, mientras unos avanzan en su intención de propiciar una suba generalizada de salarios y jubilaciones, y un congelamiento de precios, otros técnicos se abocan a las medidas clave para reforzar los ingresos fiscales en un año que será más que duro, con un calendario de vencimientos de deuda que se agolpan y la renegociación a encarar con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre esas medidas para sumar dinero a la caja, el alza en los derechos de exportación que pesan sobre el sector agropecuario aparece al tope de la agenda. Y es ahí donde se encuentran enfocados por estas horas los trabajos.
La decisión de incrementarlas retenciones al agro aparece como un hecho así como que se expresen en porcentaje para dejar de lado los $ 4 por dólar exportado implementados en septiembre de 2018 y que quedaron «licuados» a partir de la fuerte depreciación del peso que se evidenció post PASO.
El proyecto con más chances por estas horas para que Alberto las aplique apunta a alícuotas de 35% para el complejo sojero; 20% para el trigo y 15% para el maíz, indicó una fuente con acceso a esos documentos. Esa suba en los derechos de exportación sobre los tres principales cultivos, indican los técnicos del gobierno, permitiría un ingreso adicional al Fisco del orden de u$s 2000 millones.
Desde la consultora de Fernando Marull, explicaron que «pese a todas las probadas desventajas del gravamen, el gobierno entrante tiene margen para aumentar» las retenciones. Al respecto, indicó que este año, la alícuota promedio de soja será de 26% por cada dólar exportado, para el trigo y el maíz 8,5% y para el resto del 6,4%. Así, de acuerdo con el analista, las retenciones recaudarían cerca de 1,8% del PBI este año.
Contra la situación actual, al tipo de cambio vigente, ese nivel de incremento implicaría un alza de 9 puntos porcentuales para la soja, ya que hoy la alícuota representa 26%; de 12 puntos porcentuales para el trigo y de 7 p.p. para el maíz.
Desde los equipos del nuevo gobierno resaltan que comparado con el porcentaje que representaban esas alícuotas cuando se puso en marcha el sistema de $ 4 por dólar, las subas que aplicará Alberto Fernández estarán en 5 puntos porcentuales para la soja; 8 puntos porcentuales para el trigo y 3 puntos para el maíz.
A eso se suma que por la reforma tributaria de 2017, desde el primer día del año próximo la alícuota del Impuesto a las Ganancias baja del actual 30% a 25%, con lo que apuntan desde la gestión entrante se garantiza una cierta compensación.
«Eso puede hacer que la ecuación (para el productor/exportador) sea similar cuando las retenciones representaban el 12% y Ganancias estaba en 30%», opinó el tributarista Julián Ruiz, de R&A Asociados.
Ventana de oportunidad y otros impuestos
Entre los cambios que se analizan implementar sobre el esquema de derechos de exportación, pasar del máximo de $ 4 por dólar exportado a un porcentaje mayor, se estudia que el Estado pueda disminuir o incrementar de manera transitoria las retenciones a los distintos productos, de acuerdo a las necesidades fiscales de un momento cierto.
Esa facultad podría aplicarse por caso ante la necesidad de acelerar el ingreso de divisas o en caso de que exista escasez de un determinado cultivo, como puede ser el trigo hacia los finales de campaña, o el maíz, que es un insumo indispensable para alimentar el ganado vacuno, porcino o aviar.
Esa «ventana de oportunidad» podría abrirse también para facilitar una liquidación fuerte en los primeros meses de Gobierno, algo que los agroexportadores sugirieron en contactos informales que tuvieron con algunos dirigentes que trabajan con Alberto Fernández, como informó El Cronista en su edición del pasado lunes 18.
Es que, si bien los productores y exportadores aceleraron ventas y declaraciones de exportación, respectivamente, por casi 30 millones de toneladas de la campaña nueva para cubrirse de un cambio en las retenciones, todavía tienen en su poder unas 26 millones de toneladas de los principales cultivos argentinos, por unos u$s 7000 millones.
También se analiza que las retenciones sean tomadas a cuenta de Ganancias cuando haya inversión tecnológica y más agregado de valor, así como la alternativa de establecer alícuotas por zonas.
El campo en números: 10% del PBI y 60% de los dólares de exportaciones
Siempre se habla del rol clave del campo como motor de la economía local. Y la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) buscó poner en cifras el aporte que hace el campo al país en general.
A través de su informe anual «El campo argentino en números», la entidad busca relevar el aporte en términos de empleo, exportaciones, PBI y recaudación tributaria del sector, así como apunta a dimensionar el aporte rural al desarrollo del país.
De acuerdo con los resultados del trabajo en términos del Producto Bruto Interno, las cadenas agroindustriales producen uno de cada 10 pesos del PBI directo, es decir que representan 9,92% del PBI argentino o 34% si se considera la participación del campo sobre el PBI de bienes. El sector primario resulta el mayor aportante, con 6,1% seguido por las manufacturas de origen agropecuaria (MOA), con el 3,82%, de acuerdo con FADA.
En comercio exterior, el sector aporta el 60% del total de la exportación de bienes, según datos oficiales, mientras en materia impositiva, la entidad midió que las cadenas agroalimentarias aportan uno de 9 pesos de la recaudación tributaria directa de la AFIP. Eso representa el 10,6% de los impuestos considerados del ente recaudador.
El mayor aporte tributario en el sector lo hacen las cadenas provenientes de las MOA, con 61% mientras los productos primarios representan 39%. Al desagregar por tipo de impuesto, los mayores aportes sectoriales se dan en concepto de IVA; Derechos de Exportación; Contribuciones a la Seguridad Social (CSS) e Impuesto a las Ganancias. Los cuatro gravámenes explican el 94% del aporte tributario total del sector, indicó FADA.
«Para reflejar los impactos indirectos de las cadenas agroalimentarias en la economía, se puede medir, por ejemplo, el aporte tributario de los fletes para el traslado de la producción de granos y carnes. Es así que se necesitan 4,8 millones de viajes para el traslado de los granos y carnes argentinas. Los fletes de carnes y granos aportaron u$s 2517 millones que se vuelcan a la economía (y generan empleo), más u$s 950 millones en aporte tributario», explica el economista de Fada, David Miazzo. Su colega en la entidad Nicolle Pisani Claro amplió que el campo genera de manera indirecta 2 de cada 10 puestos de trabajo privado (3,7 millones de puestos).
Sociedad Rural: «La libertad económica es clave»
La Sociedad Rural (SRA) enfatizó que el alto desarrollo de la producción agrícola argentina coincide con sistemas económicos que priorizaron «la libertad económica y mercados abiertos».
La advertencia se produce cuando se espera un alza de retenciones a las exportaciones, lo que hizo que los productores adelantaran ventas de casi un cuarto de la cosecha esperada para cubrirse.
La entidad que preside Daniel Pelegrina realizó un relevamiento de la producción de granos desde 1900 a 2020, donde refuerza que las políticas de libertad económica permitieron fuertes saltos en la producción agraria.
«En los últimos 120 años la producción de cereales y oleaginosas aumentó a un ritmo del 2.9% anual. La tasa de crecimiento del PBI en el mismo periodo fue del 3% anual, lo que implica que en el largo plazo el crecimiento de la economía está notablemente ligada al crecimiento de la producción agrícola», resaltó.