El desarme de posiciones originó la corrida que esta semana forzó a la autoridad monetaria a vender casi u$s 4500 millones de las reservas y subir las tasas. De aquí al próximo vencimiento quedan $ 20.000 millones más en manos de extranjeros que podrían no renovarse.
La corrida que forzó al Banco Central a subir 300 puntos básicos su tasa de referencia y deshacerse de casi u$s 4500 millones de reservas tuvo su origen en la salida de fondos extranjeros que estaban invertidos en Lebac. De aquí al próximo vencimiento quedan $ 20.000 millones más en manos de extranjeros que podrían no renovarse. Además, los bancos que compraron las letras a los fondos del exterior también podrían dejar que se venzan.
Los dolores de cabeza que debió enfrentar el Banco Central (BCRA) esta semana en el mercado cambiario tuvieron como punto de partida un desarme de Lebac por parte de fondos del exterior que obligó a la autoridad monetaria a vender u$s 4343 millones en cinco días para dar salida a esos movimientos sin afectar el tipo de cambio y subir 300 puntos la tasa de referencia para calmar los ánimos. Pero el desarme de Lebac por parte de inversores no residentes todavía no terminó: en el próximo vencimiento de las letras del Central, el 15 de mayo próximo, quedan vencimientos por $ 20.000 millones en manos de extranjeros, unos u$s 975 millones al tipo de cambio de hoy.
El BCRA enfrentó esta semana un cambio de portafolio masivo de inversores extranjeros que desarmaron sus posiciones en Lebac justo antes de que empiece a regir el impuesto a la renta financiera para no residentes, el día de ayer. La migración de inversiones generó un pico de demanda en el mercado cambiario, que forzó a la entidad conducida por Federico Sturzenegger a vender u$s 1471 millones de reservas el miércoles.
Pero contra las previsiones del Gobierno, tras el cambio de portafolio el mercado cambiario no sólo no se calmó sino que entró en una dinámica preocupante. Con la tasa de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años por primera vez encima del 3% desde 2014 causando salidas de capitales de mercados emergentes en general y dudas puntuales sobre el tipo de cambio argentino ya arraigadas que se basaban en la salud de las cuentas externas (el primer trimestre cerró con un déficit de cuenta corriente acumulado de u$s 3813 millones), el día después un contagio sorprendió a los planes oficiales.
El desarme de Lebac se contagió a otros bonos en pesos, ante la expectativa de una aceleración de la suba del dólar y la venta de Lebac para irse a dólares dejó de ser sólo para los extranjeros.
Caída en los pasivos
Como contrapartida de las ventas de reservas por casi u$s 4500 millones, el activo del BCRA, los pasivos de la autoridad monetaria cayeron $ 83.000 millones en la semana como consecuencia del desarme de posiciones, más que nada Leliq a 7 días y algo de Lebac. No fue tan importante la caída en el stock de Lebac, sino más bien en las Leliq -que sólo operan los bancos, pero que desarmaron para proveer pesos a sus clientes que se deshacían de Lebac.
En su próxima licitación mensual de Lebac, el 15 de mayo próximo, el BCRA deberá enfrentar entonces desarmes de dos posibles fuentes. Una, la potencial salida de los extranjeros que todavía tienen letras en sus manos y, otra, la cancelación de Lebac por parte de los bancos que se deshicieron de Leliq para proveer de pesos a sus clientes.