Con importantes avances de precios en lo que va del año, se disparó la demanda de Boncer. Las tasas que pagan por encima de la inflación bajaron del 2% al 1%
En febrero, la inflación avanzó un 2,5% según el Indec y los analistas coinciden en que marzo mostrará, nuevamente, una aceleración de los precios, que se ubicará cerca del 2%. Ante estas perspectivas, quienes invierten en bonos en moneda local deben tomar decisiones rápidas para preservar el poder adquisitivo sus pesos. Las dos alternativas más obvias, coinciden los analistas, son dolarizar la cartera o posicionarse en Lebac cortas. Sin embargo, existen otras opciones en pesos: los bonos ajustables por CER y los títulos en pesos a tasa fija. Para los especialistas, los primeros resultan más atractivos en el contexto macroeconómico actual.
En el grupo de bonos que varían por CER se encuentran el Bogar 18, el Bocon 2024, el Discount en pesos, el Par en moneda local y los Boncer a 2020 y 2021. Estos últimos, que fueron emitidos por la administración macrista el año pasado, sufrieron en el último mes de una compresión del spread que pagan adicionalmente a la inflación. De hecho, al cierre de ayer, el Boncer 2020 ofrecía una tasa real de 0,69%; mientras que su homónimo con vencimiento en 2021 pagaba un interés de 1,08%.
Así lo explico Manuel Terré, analista de Delphos Investment: «En febrero, hubo un claro el interés por los Boncer. Hubo tanta demanda que la tasa real que ofrecen bajó mucho: estaba arriba de 2% y cayó a 1 o 1,5%. Eso hizo que perdieran atractivo contra las Lebac, que también son instrumentos en pesos».
Por su parte, Pablo Santiago, jefe de research de Banco Mariva, relativizó la compresión de spreads: «Es cierto que el rendimiento sobre la inflación de los Boncer se achicó porque subió el precio. Sin embargo, quien está invirtiendo en pesos y quiere mantener el poder adquisitivo de la moneda debería hacer el siguiente razonamiento. Un bono en pesos a tasa fija paga un interés promedio del 15% para los próximos tres años: si se le resta el punto de spread que está pagando el Boncer adicionalmente a la inflación, da como resultado que el mercado espera que en los próximos tres años la inflación promedie el 14%. Como nosotros creemos que la inflación promedio va a estar por encima es eso (ya que partimos de un nivel mayor), preferimos bonos que ajusten por CER en el mediano plazo».
Consultado sobre estos títulos, Ezequiel Zambaglione, jefe de Research y Estrategia de Puente, comentó: «Los bonos con CER tuvieron una buena y una mala. Por un lado, la inflación de febrero fue más alta tanto en el segmento general como en la núcleo, lo que indica que la suba no fue estacional sino que el efecto de segundo orden del aumento de precios regulados fue más fuerte de lo que se esperaba. Por otro lado, el Gobierno decidió postergar la decisión de suba de otras tarifas. Eso es un golpe negativo para los bonos que ajustan por CER, ya que lo que se iba a cobrar ahora, quedó postergado y diferido en varios meses». Más allá de eso, Zambaglione propuso otra alternativa: «Si el Banco Central mantiene la tasa alta, los más favorecidos serán los bonos atados a la Badlar, que se mueve junto con la tasa de Lebac».