Pierde 34 puntos desde su nivel más alto, cuando llegó a 426. Pero se mantiene 20 puntos por encima del nivel previo al shock y 40 puntos arriba del cierre de diciembre
Tras la tercera decisión de tasas del Banco Central (BCRA) del año y el regreso a la calma en Wall Street, el mercado local volvió a estabilizarse pero la volatilidad global dejó huellas, en especial en el nivel del dólar y en el spread que paga la argentina por endeudarse. Desde su pico del mes, el riesgo país argentino cayó 34 puntos, pero se mantiene 20 puntos por encima del nivel previo al sacudón externo y 40 puntos arriba del nivel al que estaba antes de la modificación de las metas de inflación de fines del año pasado. Si a eso se le agrega la suba de la tasa en Estados Unidos, el costo de financiamiento subió casi 90 puntos básicos desde diciembre.
El indicador EMBI+ Argentina que mide JPMorgan la diferencia entre la tasa que pagan los bonos de Estados Unidos (EE.UU.) y de la Argentina cerró la semana pasada en 392 puntos, 34 puntos por debajo de los 426 que alcanzó el 9 de febrero último.
Desde entonces, los índices neoyorquinos volvieron a las subas y la tasa de los bonos del Tesoro de los EE.UU. a 10 años -clave para el costo de financiamiento de países como la Argentina- dejó de dar saltos.
El sacudón global llegó a barrer con toda la ganancia del índice Merval de la Bolsa porteña del año (tras el rebote gana 9,02% desde fines del año pasado, pero había llegado a estar 17,24% arriba), disparó 54 centavos al dólar minorista (tocó máximo en $ 20,35 antes de asentarse en $ 20,05 el viernes pasado) e hizo volar los rendimientos que pagan los bonos argentinos.
Específicamente el EMBI+ Argentina llegó a subir 53 puntos básicos como resultado del sell-off estadounidense, de los cuales ya recuperó buena parte. Continúa, sin embargo, 19 puntos por encima del momento en que empezó el temblor.
El EMBI+ Argentina, el que más subió
La disparada en el costo de endeudamiento soberano mostró diferencias entre los países de la región y, en esas diferencias, la Argentina se destacó como una de las que más sufrió por la menor confianza de los inversores. En el peor momento, el riesgo país de Brasil llegó a subir 29 puntos, mientras que el de México subió 27 y el de Chile 21.
«El hecho que la economía de Argentina presente un déficit en cuenta corriente (exceso del total de gastos sobre la producción) de casi 5 puntos del PBI y unas necesidades de emisión de nueva deuda para financiar el déficit fiscal de más de u$s 26.000 millones, hace que nuestra economía sea muy sensible a los cambios de humor del escenario financiero internacional», escribió Gustavo Reyes en el último Informe de Coyuntura del Ieral.
En realidad, la suba en el riesgo país argentino había empezado antes, tras el cambio en las metas de inflación acompañado por la baja de la tasa de referencia decidida el 28-D. Ese día, la meta para 2018 pasó de 10% a 15% y, de inmediato, las tasas de Lebac en el mercado secundario bajaron por obra y gracia del BCRA, a pesar de que las expectativas de inflación estaban por encima incluso de la nueva meta.
«El mercado pasó factura. La suba de la meta y la baja de la tasa hizo perder credibilidad al BCRA», afirmó Federico Furiase.
«El mercado pasó factura y, con el aumento de la volatilidad global, eso se acentuó. La suba de la meta y la baja de la tasa hizo perder credibilidad al BCRA y disparó el spread de los bonos», dijo Federico Furiase, de Eco Go.
Impacto en el costo del endeudamiento
Desde el 28-D hasta el viernes pasado el costo de endeudamiento argentino subió 89 puntos básicos el costo de endeudamiento de la Argentina, por un lado porque la tasa a 10 años de los EE.UU. está 44 puntos por encima de ese momento y porque el riesgo país el spread sobre esa tasa de referencia sumó otros 45 puntos básicos.
El proceso de compresión de spreads entre los bonos argentinos y los norteamericanos podría continuar, según analistas. El EMBI+ Argentina retrocedió 238 puntos desde antes de las elecciones presidenciales de 2015 hasta el cierre del año pasado y, las apuestas de los inversores están fundamentadas en la expectativa de una continuidad de ese trayecto.
«Podemos tener algo más de compresión de spread, pero creo que estamos en un proceso mucho más gradual y volátil, porque el mercado es otro y porque los inversores van a estar más atentos a qué logros reales se consiguen en materia de inflación y déficit», dijo Furiase.