La Presidenta dio la orden de modificar la cuarta categoría del tributo, que alcanza a los trabajadores. También se gravaría la operatoria bursátil, como gesto político
El Gobierno avanzó en los últimos días en el estudio de una modificación en la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, que pagan los trabajadores en relación de dependencia. También se gravaría la renta financiera. Según distintas fuentes, la presidenta Cristina Fernández tomó la decisión de actualizar el tributo, rezagado por la inflación y la evolución de las paritarias, para buscar algún golpe de efecto luego de las elecciones primarias del domingo 11.
Un importante integrante de la CGT oficial que pidió no ser identificado aseveró que el anuncio podría ocurrir en las próximas dos semanas, no necesariamente durante la convocatoria al diálogo con empresarios y sindicalistas que tendrá lugar mañana en Río Gallegos. Afirmó, además, que no se trataría de un cambio “muy significativo” en el impuesto.
El resto de los dirigentes también aguardan con expectativa algún anuncio. Antonio Caló, el titular de la CGT, dijo que espera una actualización del mínimo no imponible cuanto antes. La central obrera llegará a Río Gallegos con tres tópicos de discusión: Ganancias, el dinero de las obras sociales y el empleo no registrado. La agenda es similar a la de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) que comanda Hugo Yasky, cercana al Gobierno. Allí también esperan una actualización de Ganancias.
El candidato a diputado por Buenos Aires del Frente para la Victoria (FPV) Martín Insaurralde admitió que el Gobierno analiza el tema en diálogo con el programa 678. “Tenemos que discutir Ganancias, seguramente el Ejecutivo va a hacerlo”, afirmó. Días atrás, cuando todavía el resultado electoral estaba fresco, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, atribuyó la derrota en la provincia más importante del país a la inseguridad y al impuesto a las Ganancias.
En diálogo con el programa Toma y Daca, por Radio América, la diputada y candidata bonaerense Diana Conti, una de las espadas más filosas del kirchnerismo en el Congreso, adelantó que el Gobierno prepara algún golpe de efecto. “Va a haber una recomposición de algunas situaciones, pero todavía no podemos decir nada”, afirmó.
Semanas antes de las elecciones, el diputado y abogado de la CGT Héctor Recalde comenzó a trabajar en un proyecto de ley para subir el mínimo de Ganancias por orden de Juliana Di Tullio, la jefa del bloque del FPV, y gravar la renta financiera, aunque quedó en stand by. En paralelo, el Frente Renovador que comanda Sergio Massa presentó su propio proyecto, que incluye una actualización del mínimo de Ganancias del 30% (pasarán a pagarlo los trabajadores casados con dos hijos y salarios de $ 15.000 brutos) con una indexación basada en índices salariales. Los economistas de Massa, con Ricardo Delgado entre ellos, proponían cubrir parte de los fondos con un gravamen al tradeo de bonos y a los plazos fijos superiores a $ 250.000.
Mensaje a bancos
En el Gobierno creen que el gravamen a la renta financiera no alcanza para compensar una eventual modificación en Ganancias. Días antes de las elecciones, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, dijo que podrían recaudarse unos $ 5.500 millones al año. Como contrapartida, el fisco embolsó unos $ 25.000 millones en 2012 por la cuarta categoría de Ganancias.
Sin embargo, en el Ejecutivo entienden que el impuesto a la renta financiera podría funcionar como un gesto político (estaría bien visto por los trabajadores que la especulación financiera pague Ganancias) y un mensaje a los bancos. En el Gobierno acusan a Jorge Brito, el presidente del banco Macro y titular de la Asociación de Bancos de capital nacional, Adeba, de apoyar a Massa.
Las conversaciones sobre las modificaciones en Ganancias formaron parte de la ronda de consultas que hizo Cristina el jueves con su equipo económico. La Presidenta recibió por separado al secretario de Política Económica, Axel Kicillof, y al ministro de Economía, Hernán Lorenzino. Kicillof es uno de los principales promotores de los cambios en Ganancias, con la idea de llevar más plata a los bolsillos de los votantes. Lorenzino y Echegaray no logran cerrar la ecuación económica. En tiempos electorales, parece ser lo de menos.
El 28 de enero, el Gobierno anunció la suba del 20% al mínimo no imponible de Ganancias. Desde entonces, pagan ese impuesto los trabajadores solteros con un salario bruto mensual de $ 8.360 y los casados con dos hijos que ganan $ 11.563 brutos. Esa actualización significó para el fisco dejar de percibir $ 8.171 millones.
Pero ya se licuó. Si pagaban Ganancias el 24% de los trabajadores registrados y luego pasaron a pagarlo el 17%, Echegaray confirmó que 2.492.536 empleados pagan Ganancias en la actualidad, o el 25% del empleo registrado. Sin cambios en Ganancias, el 28% de los trabajadores estaría alcanzado por el tributo cuando se cobre toda la paritaria.