Los productores agropecuarios tienen entendibles argumentos que fundamentan la medida adoptada, pero el resto de los productores también los tienen
Por Juan Carlos de Pablo
El lunes último el Boletín Oficial se convirtió en un “best seller”, porque miles de argentinos se zambulleron en la lectura y el análisis del decreto 38, dictado el 25 de enero, que dispuso la reducción o la eliminación del derecho de exportación para algunos productos primarios, en algunos casos de manera permanente y en otros, de manera transitoria.
El anexo 1 lista más de 600 posiciones arancelarias, para las cuales fue eliminado el derecho de exportación de manera permanente. El anexo 2 lista algunas decenas de posiciones arancelarias, cuyo derecho de exportación disminuye hasta el 30 de junio próximo.
¿Abandonó el Poder Ejecutivo Nacional la política de equilibrio fiscal? Nada indica que lo vaya a hacer, porque implicaría convertir el sacrificio realizado en 2024 en mero desperdicio y sería un verdadero suicidio político. ¿Por qué redujo derechos de exportación, entonces? Porque “le sobra” algo de plata, o cree que le puede sobrar, a causa de la mayor recaudación generada por el aumento de la actividad económica.
Los productores agropecuarios tienen entendibles argumentos que fundamentan la medida adoptada. Pero el resto de los productores también los tienen. Porque todo el mundo piensa que su actividad es valiosísima, y, como considera que es diferente de las demás, cree que merece algún tratamiento diferencial.
Mi planteo es diferente. Habiéndose abierto la tranquera del alivio impositivo, cabe esperar una enorme actividad por parte de integrantes del sector privado, militantes del multitudinario movimiento denominado “a mí también”, algo para lo cual las autoridades deben prepararse. Según Arnold Harberger, la principal característica de un ministro de Economía es el coraje, porque siempre tiene que decir “no”.
Último, pero no menos importante. Cuando los gobernadores de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe le recomendaron al Estado Nacional que redujera las retenciones, el Ministerio de Economía de la Nación contraatacó, proponiendo que ellos disminuyan las alícuotas del impuesto a los ingresos brutos. Pero luego, unilateralmente, se dictó el decreto 38/25, con lo cual, lo que pintaba para pulseada y probable alivio de origen múltiple, quedó en el plano de la exhortación.
A veces, la lógica política tiene consecuencias económicas: el gobierno nacional sorprendió con el anuncio de la medida, para no aparecer cediendo ante la presión del campo y, particularmente, de su dirigencia.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/baja-de-retenciones-a-mi-cuando-me-toca-nid29012025/