La entidad monitorea el ritmo de crecimiento del dinero. Analistas lo ven como útil para frenar una corrida, pero que hay que desarmar con tacto.
El nuevo foco puesto por el Banco Central (BCRA) en el monitoreo de los agregados monetarios generó en julio una nueva desaceleración de la cantidad de dinero que circula en la economía. La cantidad de billetes y monedas en poder del público crece a un ritmo del 18% interanual, después de avanzar a alrededor del 21% un mes atrás, y el dinero transaccional pasó a moverse a un 20% interanual desde el 23,7% que mostraba un mes atrás. Analistas y operadores señalan que el torniquete monetario del titular de la entidad monetaria, Luis Caputo, sigue apretado y que eso ayuda a que no haya sacudones en el mercado cambiario al menos por ahora.
«Es impresionante lo que se está desacelerando el circulante, en los primeros días de agosto los billetes y monedas crecen al 16% interanual, en parte por mayor bancarización, ya que el dinero transaccional avanza a un ritmo del 20%», dijeron ayer en un banco. «Esto te habla de un mercado muy apretado en peso, una política monetaria que salió a calmar la corrida y ahora va a tener que buscar acomodarse», agregaron.
El mes pasado el BCRA oficializó un pasaje desde el uso de la tasa como único instrumento a un abordaje más concentrado en la evolución de los agregados monetarios (la cantidad de dinero que circula en la economía). Desde entonces, a pesar de alguna relajación en las tasas, el avance del dinero en circulación no paró de desacelerarse.
A través de tres aumentos de encajes bancarios, el dinero que los bancos tienen que mantener inmovilizado, y operaciones en los mercados de pases, Leliq y Lebac para mantener a raya la cantidad de dinero, el apretón monetario de Caputo logra que la cantidad de billetes en la calle esté 10 puntos porcentuales por debajo de una inflación interanual que roza el 30%.
La cantidad de billetes y monedas en poder del público cerró julio con un crecimiento interanual del 18%, una caída de más de 3 puntos porcentuales respecto del 21,17% al que había terminado el mes previo. El que los economistas conocen como M2, dinero transaccional que suma a los billetes y monedas los depósitos a la vista, es uno de los más seguidos para tratar de conocer las condiciones de liquidez del mercado y predecir en alguna medida la marcha de corto plazo de la inflación. Ese indicador también desaceleró el mes pasado, pasó al 20% desde el 23,7% de un mes antes.
Más aún, la base monetaria amplia definida por Caputo el mes pasado -incluye todos los pasivos del BCRA con los bancos (pases netos, Leliq y Lebac en poder de bancos) y el bono 2020 del Tesoro Nacional- se movía al cierre del mes pasado al 26,3% interanual, por debajo del 27,6% previo (y del casi 47% de mayo 2017).
«El objetivo era frenar la corrida restringiendo la fuerte liquidez, por eso la ambigüedad de controlar tanto la tasa como los agregados. El problema que tenés es que, a este nivel de tasas (45% la Lebac a un mes) la economía no opera, y para que la economía empiece a recuperar la tasa tiene que empezar a mejorar. El problema es que ten que transitar por ese delgado equilibrio entre poder bajar la tasa y que no se te dispare el dólar», dijo Juan Paolicchi, analista de EcoGo.