Fuentes de la autoridad monetaria observan que la mayor parte del dinero en circulación obedece a las necesidades de transacciones. Se mantiene en niveles mínimos el ingreso de fondos especulativos
Uno de los primeros y rápidos efectos de la política de emisión cero, con altos encajes sobre los depósitos y consecuentemente elevadas tasas de interés, con una brecha actual de más de 30 puntos porcentuales respecto de la tasa de inflación proyectada a un año, es que más residentes se vuelcan a las colocaciones a plazo fijo en bancos en pesos, y menores fondos especulativos ingresan al país en busca de obtener una renta fácil en moneda dura ante la expectativa de baja devaluación esperada.
Entre los argumentos que se esgrimen en el Banco Central para explicar ese fenómeno se destaca «el rol de la flexibilidad de las tasas de interés a la suba o a la baja, en caso de movimientos relevantes en el flujo de capitales del exterior, juntamente con una amplia zona de no intervención en la plaza cambiaria que hace que el precio de la divisa también pueda oscilar fuertemente, como ocurrió en algunos pasajes de la última semana.
Observan los técnicos que «la zona de no intervención cambiaria, que es muy abierta, un 29% entre la punta del precio promedio de venta de entidades a clientes de poco más de $36 y la de compra, casi $47, se diferencia de la clásica banda de intervención de otras épocas, en que no implica un compromiso de defensa de una paridad, sino que es una brecha porosa».
De ahí que en la última reunión del Comité de Política Monetaria se establecieron 2 nuevos criterios de intervención, en caso de que el valor de mercado superara esas referencias extremas:
- Si el tipo de cambio se ubicara por debajo de la zona de no intervención, la meta de base monetaria se incrementará con las compras de dólares realizadas mediante licitaciones del BCRA, las cuales serán, en diciembre, de hasta $50 millones por día. El acumulado en el mes de estas licitaciones no podrá exceder el 2% de la meta.
- Si el tipo de cambio se ubicara por encima de la zona de no intervención, la meta de base monetaria se reducirá con las ventas de dólares realizadas mediante licitaciones del BCRA. Con el objetivo de maximizar el impacto sobre la liquidez, dichas licitaciones serán de hasta USD 150 millones, el máximo contemplado en el esquema monetario.
Concentración en el control de los agregados monetarios
Y además, explicaron las fuentes a Infobae que «la reducción del ajuste mensual de la banda de intervención a 2% para el primer trimestre, sobre la base de los límites vigentes hasta el cierre de diciembre de $37,1 y $48 por dólar, se fundamenta en dar la señal de estar subordinada la política monetaria al control de la liquidez en pesos».
Y si bien hasta ahora no ha ocurrido, se destaca que «las tasas de interés comenzarán a moverse tanto hacia arriba como hacia abajo, según sea la tendencia a la dolarización de portafolios o al aumento de la demanda de dinero, no sólo para transacciones, sino como reserva de valor», aunque eso será un proceso lento.
De ahí que en una economía que recibe muchos shocks, internos, por las dudas en el plano político, como externo, la situación externa, en el Central justifican la necesidad de mantener una banda ancha de no intervención en el mercado de cambios hasta, al menos, fines de 20198, «para preservar la bondad del tipo de cambio flotante, al tiempo que ayuda a cumplir con el esquema de agregados monetarios rígidos y por tanto actúa como fusible».