Para el organismo multilateral la volatilidad del mercado cambiario y el incremento de la tasa de interés está condicionando la actividad económica y el crecimiento
Tras un 2018 con caída del producto de 2,5%, Argentina tendrá en 2019 otro año de contracción. Según proyecciones del Banco Mundial, el PBI del país retrocederá 1,3% este año y será así una de las cuatro economías de América Latina que cerrará el año con una caída del producto, sólo superada por Venezuela, con un desplome del 25% y Nicaragua, que tendría una baja del 5%, mientras se estima una baja del 0,5% en Trinidad y Tobago.
El organismo multilateral presentó ayer el informe semestral de la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, incluyendo los datos consolidados de 2018, que cerró con un modesto avance, estimado en 0,7%, y proyecciones en la misma línea para este año. Pese a la proyección original de 1,8% de crecimiento del PBI para el año pasado, finalmente cerró en 0,7%.
El cambio de perspectiva respondió a «la crisis financiera que golpeó a Argentina en abril de 2018 y provocó una fuerte contracción del PBI de 2,5%», una recuperación débil de Brasil (1,1%), tras la fuerte recesión de 2015 y 2016, el débil crecimiento de México, junto a la «continua implosión» de la economía venezolana, todo lo cual se tradujo en una «tormenta perfecta» que desaceleró el crecimiento de la economía en Latinoamérica y el Caribe en 2018 a una tasa de apenas 0,7%. Para este año se espera que la región crezca un 0,9%, en un escenario en el que 27 de 32 países tendrán déficit fiscal este año y 12 cerrarán con déficit primario.
Pero en este contexto, el Banco Mundial destaca que «Argentina comienza el 2019 inmersa en una severa recesión y se proyecta que el PIB caerá un 1,3% este año, tras una contracción de 2,5% en el 2018». Para 2020 ve un crecimiento del 2,9%.
El organismo multilateral indicó que pese al acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional, con un paquete de apoyo financiero por u$s 57.100 millones alcanzado en octubre de 2018, y al relativo éxito del Banco Central en estabilizar el mercado cambiario a principios de año, «el ajuste fiscal necesario para cumplir con el programa del FMI está cobrando un alto precio en términos de la actividad económica y el peso ha vuelto a sufrir un revés», analizó el Banco Mundial.
Durante la presentación en Washington, Carlos Végh, economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, dijo que «Argentina no podía continuar con la crisis financiera de abril de 2018» y afirmó que «las cosas en Argentina se están haciendo bien», en un contexto en que la inflación «aún sigue alta pero está contenida».
Ante una consulta de El Cronista sobre la consistencia de la deuda argentina, Végh explicó que Argentina «está blindada si cumple con las condiciones impuestas por el FMI», sin embargo, dejó entrever problemas en la actividad económica. «Que el Banco Central se vea obligado a intervenir en el mercado cambiario puede afectar también al PBI, porque para defender el tipo de cambio el BCRA tuvo que subir las tasas de política monetaria hasta el 70%».
En este contexto, para el Banco Mundial las perspectivas de crecimiento para 2019, no tendrán una mejora sustantiva en relación a 2018, por el bajo crecimiento o directamente negativo, de las tres principales economías de la región, Argentina, Brasil y México. A esto se suma el desempeño de Venezuela, que para este año proyecta un retroceso de su PBI del 25%, de acuerdo a las estimaciones del Banco Mundial.
El impacto en la economía latinoamericana no es menor, dado que Sudamérica representa 70% del PBI regional. Así, se proyecta que los países del sur del continente crezcan sólo 0,4% en 2019, una tasa de treparía a 1,8%, si se excluyera a Venezuela.
América Central y el Caribe son los dos bloques con mejores perspectivas, con un crecimiento económico de 3,4% y 3,2″% respectivamente. En el caso de México, se proyecta un crecimiento del PBI de 1,7%, tras el incremento del 2,0% el año pasado, lo que «refleja principalmente las preocupaciones de los mercados por las señales un tanto contradictorias con respecto al curso futuro de la política económica», sostiene el informe del Banco Mundial.
Frente a este panorama, el organismo destacó que las redes de protección social son esenciales para contener situaciones de pobreza en períodos de desaceleración económica, aunque aclara que los programas sociales no están suficientemente extendidos en la región. «Ésta es una agenda social pendiente en la región para asegurar que aquellos que recientemente escaparon de la pobreza no den ningún paso atrás», aseguró Carlos Végh.