Hubo $ 6.000 millones en cheques rechazados en el primer bimestre con indicios de que podría agravarse el deterioro
La caída de la actividad, la inflación, la demora en las paritarias y algunos indicios sobre una merma en el nivel de empleo empeoraron el cumplimiento de empresas y clientes en el pago de los compromisos financieros durante los últimos meses, y pusieron en alerta a las áreas de riesgo de los bancos para extremar las medidas preventivas y evitar un nuevo repunte de la morosidad. El último indicio en esta dirección, todavía poco alarmante, se percibió en la cantidad de cheques rechazados que detectó el Banco Central que dirige Juan Carlos Fábrega: en enero y febrero, un bimestre en el que no suele haber grandes desarreglos en el segmento corporativo, la cantidad de "rechazos" aumentó un 37% respecto del mismo período del año anterior -muy por encima del 28% que avanzaron en el mismo tiempo los compensados-, y acumularon impagos por casi $ 6.000 millones para toda la cadena productiva.
Así, el porcentaje de incumplimientos por el uso de estos documentos se ubicó entre el 2,64% y el 2,78% del total, levemente arriba de lo que se había registrado en los mismos meses del año pasado (entre un 2,4% y un 2,5%), y los cargos de incobrabilidad que se pagaron durante diciembre y enero en todo el sistema financiero, por las previsiones que deben hacer con cada préstamo en problemas, saltaron de un promedio mensual de entre $ 600 millones y $ 900 millones, en 2013, a los $ 1.367 millones en enero de 2014.
El rechazo en los cheques que emiten las empresas para pagar a sus proveedores está lejos de ser todavía una preocupación. Pero se ubica en un nuevo piso que podría anticipar un semestre más complejo para el sector productivo en la cadena de pagos. Sucede que en un escenario de alta inflación como el de los últimos años, quienes suelen mostrar mayor deterioro en los niveles de morosidad durante el primer semestre son las familias; y en el segundo, recién, las empresas. "En general, la mora siempre cayó como un piano en cuanto se empezaron a cerrar los nuevos acuerdos salariales. Y recién volvió a repuntar en los inicios de los años siguientes", explicó el gerente de finanzas de un banco privado. Hacia la segunda parte del año, cuando las compañías deben hacer frente al pago de estos nuevos salarios, el deterioro se traslada al segmento corporativo. Algo de esto pudo verse en diciembre pasado, cuando el nivel de cheques rechazados se ubicó en el 4% del total; y el aumento de los atrasos mayores a los 30 días de los pagos de las líneas de crédito que toman las empresas repuntó del 3,1% al 3,8% del total. Diciembre es una época considerada estacionalmente más complicada para las compañías por la necesidad de pesos para el pago de salarios, aguinaldos y bonos de fin de año. En clientes particulares, que trabajan en relación de dependencia, el repunte fue del 4,5% al 5,1%.
De este modo, los bancos consideran que es la inflación la que impactó durante los últimos años en estos indicadores, que por ahora se ubican en niveles históricamente bajos. Pero advierten que es, en cambio, la caída del empleo lo que podría dañar seriamente la calidad crediticia del sistema y la rentabilidad en los meses que vienen (especialmente, en las entidades más chicas, que suelen enfocar sus negocios en segmentos de menores ingresos).
Según consignó ayer un informe de FIEL, la última encuesta del Ministerio de Trabajo detectó en febrero un aumento de la tasa de desvinculaciones laborales, a 2,4%, que se dio acompañada de una caída en la tasa de incorporaciones, a un nivel mínimo de 2,2%; también, una leve suba del porcentaje de trabajadores que fueron despedidos (sobre el total de asalariados ocupados en el sector privado registrado), del 0,7% al 0,8% en términos interanuales, que elevó en 6.000 los empleados desvinculados hasta acumular 50 mil personas en esa situación; y un aumento del 2,1 a 3,1 en la cantidad de trabajadores, por cada mil, que fueron suspendidos de su puesto en ese mismo mes. Se trata de la peor noticia que podría haber recibido un sistema financiero que ya empezó a notar algunas señales de deterioro en la morosidad; y que cree que la permanencia laboral es el factor verdaderamente determinante en el cumplimiento de los compromisos bancarios.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=736469