• Las ajustaron en 100 puntos básicos esta semana
Las conversaciones se multiplicaron entre las principales entidades del sistema financiero a partir del último viernes, inmediatamente después de que el Banco Central dispusiera subir la tasa de interés mínima para plazos fijos. La pregunta entre los bancos fue cómo salir airosos del repentino aumento de costos que les había impuesto el Gobierno, para evitar perder rentabilidad en un año que ya estimaban poco promisorio. La respuesta fue optar por una actitud defensiva: ajustar exactamente un punto porcentual los costos los préstamos que destinan a las empresas (lo mismo que subieron, en promedio, los retornos de los plazos fijos), como los adelantos en cuenta corriente y los descuentos de cheques, que hoy no están regulados por una normativa oficial.
Los ejecutivos saben que se expondrán a una sensible caída en las colocaciones de estos créditos, pero calculan que el aumento en el margen de ganancia que ahora obtendrán por cada línea les alcanzará para compensar el encarecimiento del fondeo que impuso Alejandro Vanoli.
Hasta la semana pasada, los bancos cobraban a las empresas una tasa nominal anual que se ubicaba en general en los 150 puntos básicos por encima de los rendimientos de las letras del Central (las Lebac, que pagan un 27% en promedio). Con esto quedaban cerca del 28,50% anual para los créditos menores a 90 días. En los últimos días un grupo de bancos nacionales y extranjeros (grandes y medianos) amplió ese spread a los 250 puntos básicos, y las tasas se acercaron al 30% anual.
Los ejecutivos de los sectores de banca empresas descuentan que, a partir de este ajuste, habrá una menor demanda y una caída en la cartera de préstamos corporativos. Pero calculan a la vez que ésta se verá más que compensada por el aumento -de entre un 30% y el 50% en relación con el mes pasado- que dispusieron en el margen de ganancia que obtendrán por cada crédito. El efecto inicial, dicen, será un exceso de pesos en el sistema financiero, no sólo por el recorte de las líneas sino también por la llegada de plazos fijos atraídos por el nuevo piso de tasas de interés. Y el efecto posterior, completan, podría ser el de una caída en la Badlar privada, que es el retorno que pagan por los depósitos de las grandes empresas (mayoristas) a 30 días de plazo.
En las áreas de créditos al consumo de las entidades financieras también analizaron un eventual ajuste. En este segmento, las tasas están reguladas desde hace ya más de un año por «topes» establecidos por el Central. La decisión de muchos bancos fue hacer desaparecer las tasas promocionadas que hasta la semana pasada ofrecían a los clientes de mejor perfil crediticio, y que se ubicaban muy por debajo de los máximos fijados en préstamos personales (37,64%), prendarios (32,6%) y a través de tarjetas (47%). Las estadísticas del Central muestran que, por la floja demanda y la caída de la actividad económica, las tasas promedio que hoy cobran los bancos son muy inferiores a los topes: un 36,8% en los personales, el 23,9% en los prendarios y un 40,18% en tarjetas. En el sector creen que si bien en estos productos el margen de reacción es más acotado, lo más probable es que, a lo largo de los próximos días, las tasas empiecen a ubicarse algo más cercanas a sus máximos.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=801478