Tras meses de expansión monetaria, los bancos están llenos de pesos que no pueden aplicar a préstamos, por falta de demanda. En ese contexto, la remuneración de los plazos fijos está debajo de la inflación esperada.
E l Banco Central (BCRA) llevó adelante en los últimos meses una baja de la tasa de referencia con inyección monetaria al mismo tiempo que mostró preocupación por mantener un retorno positivo para los ahorristas. Sin embargo, eso queda restringido a los plazos fijos que ajustan por inflación, donde la autoridad monetaria obliga a las entidades a pagar un mínimo de UVA +1%.
«El BCRA dice que las tasas son reales positivas porque piensa en los depósitos UVA. Para los depósitos convencionales, la tasa no es necesariamente positiva, sino que el inversor se entera al final. De todos modos, los bancos van a pagar cada vez menos por los plazos fijos, salvo por la porción de depósitos UVA, que tienen un piso de tasa», apuntó Miguel Zielonka, director de Econviews.
De hecho, en los depósitos tradicionales las tasas tienen una tendencia descendente –a la par de la Leliq, que ya está en 40%– y son menores a la inflación esperada para el año. La tasa Badlar, por depósitos mayores al millón de pesos, cerró ayer en 31,87% mientras que la de plazos fijos minoristas se ubicó en 31,23%. Esos rendimientos anuales están 10 puntos por debajo de la inflación prevista para el año, en 41,7%,según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM)realizado por el BCRA.
Una de las explicaciones de esta dinámica es que los bancos mantienen una alta liquidez en pesos, al tiempo que el BCRA aumenta la base monetaria. Asimismo, la tasa de referencia tuvo un fuerte recorte pero las entidades no trasladan directamente la tasa de Leliq a los depositantes.
Así lo explicó Juan Paolicchi, analista de Eco Go: «No tiene sentido que el BCRA siga bajando la tasa de las Leliq porque los bancos tienen costos. Entonces, no pueden trasladar directamente la tasa de Leliq a la tasa Badlar porque tienen un spread y, además, dejan parte de los depósitos encajados sin remuneración. Ese costo de oportunidad lo reflejan en una tasa Badlar más baja. Ni hablar de la tasa de plazos jos minoristas».
En el extremo opuesto, el crédito no repunta y las entidades no tienen incentivos a pagar más para captar pesos. «El BCRA les pide que ajusten vía préstamos, que pongan allí su liquidez. Eso no tiene mucho sentido cuando el organismo no les da precisiones sobre la tasa y la está bajando todo el tiempo, sin un límite claro. Hace poco hubo una muestra: el Indec anunció el dato de inflación de enero y explicó por qué fue particularmente bajo y por qué es posible que no se repita, sin embargo, el BCRA salió a bajarla tasa por las señales de desinflación. En ese marco, los bancos tienen pocos incentivos porque sus activos son a 7 días y sus pasivos, a 30 días. No saben adónde va a estar la tasa en ese momento o, al menos, tienen la idea de que va a seguir bajando», armó Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.
Desde un banco coincidieron con la visión: «Los préstamos están cayendo y los depósitos en pesos suben (sobre todo el plazo fijo, por las colocaciones de los fondos money market)», explicaron. Y agregaron: «El mercado de bonos está muerto, sacaron la compra de dólares, limitaron la tasa de las tarjetas de crédito, congelaron las comisiones y hay doble indemnización hasta junio. La única palanca de ingresos para los bancos son las Leliq. Con lo cual, incluso, está la tentación de ampliar el spread respecto de los plazos fijos. En el caso de los plazos fijos UVA, a los bancos les genera pérdidas porque no pueden cubrirse con instrumentos CER de corto plazo».