• Monto treparía a U$S 15.000 millones.
• Pagan a holdouts y anunciarán plan fiscal y monetario.
La emisión de bonos argentinos para hacer frente al pago a los holdouts no es ya un problema: los bancos participantes de la operación, JP Morgan, HSBC, Deutsche Bank, entre otros, anticiparon a funcionarios del Ministerio de Economía que, siempre que no surjan sorpresas en los mercados internacionales, los u$s 12.000 millones están asegurados. El lanzamiento de esos bonos se concretará en abril. En la primera semana de ese mes, Alfonso Prat Gay y Luis Caputo encabezarán el «road show» en Nueva York y otros centros financieros. Banqueros consultados por este diario señalaron que se repetirá lo sucedido con la provincia de Buenos Aires, con pedidos que casi cuadruplicaron la oferta de papeles.
Como siempre, la tasa que quiera pagar el Gobierno será determinante. «Prat Gay quiere que la tasa empiece con un 7», dijo un ejecutivo de una entidad extranjera que participa de las conversaciones. Se refería al bono a 10 años que ofrecerá la Argentina. Pero esa meta del ministro de Hacienda es muy ambiciosa, dado que el Bonar 24 rinde hoy un 7,75% anual en dólares. En la actual situación de los mercados, la emisión argentina debería rendir entre el 8% y el 8,25% anual. De ser así, el monto que podría obtenerse de financiamiento podría incluso trepar a los 15.000 millones de dólares. Aún no está definido el menú de bonos a lanzar, aunque predomina la intención de ofrecer papeles a tres plazos diferentes, 5, 10 y 30 años. «Dependerá de la demanda existente en los road shows y en base a ello se definirá, agregó la fuente. La provincia de Córdoba, a cargo de Juan Schiaretti, está por lanzar sus bonos, pero deseando mostrar que lo hace a un costo menor al de María Eugenia Vidal, que fue del 9,375%. No es que sea más solvente Schiaretti, sino que en realidad los mercados emergentes en general están ganando más atractivo en fondos europeos.
En paralelo siguen llegando al equipo económico propuestas para lanzar un blanqueo de capitales en 2016. En reuniones con el propio Mauricio Macri en enero, empresarios le aseguraron que podría obtener más de u$s 20.000 millones a través de ese mecanismo. Aun así en el Gobierno no desean implementarlo en el corto plazo. Es conocido el caso de un empresario argentino que, ante la escasez ya de fondos blancos para invertir en el país, debió vender acciones en bloque de su empresa recientemente en el mercado.
Pero el acuerdo con los holdouts gatillará otras decisiones no menos importantes en el área económica. También en abril Prat Gay anunciará con detalles el plan fiscal de 2016 y cómo financiará el ineludible rojo de las cuentas públicas. En simultáneo, Federico Sturzenegger presentará el mes próximo el programa monetario con sus expectativas de inflación interanual, de mayo a abril de 2017, seguramente con un porcentaje menor al 20%, eventualmente un 18% en la suba de los precios al consumidor en ese período.
Al menos el clima internacional dejó de complicarse. En la Conferencia de Mercados Globales organizada por el JP Morgan en París hace una semana, 400 inversores europeos y expositores y funcionarios coincidieron en que la turbulencia observada en enero estaba desconectada de la realidad de las economías desarrolladas. Si bien los emergentes están luchando contra la caída del precio de commodities, Estados Unidos mantiene su firme recuperación con pleno empleo y sin desequilibrios. China no está desarrollando un aterrizaje forzoso. La incógnita es Brasil. La eventual caída de Dilma puede alegrar mercados pero sólo fugazmente: los problemas para quien la suceda son los mismos. El negocio seguro pareciera ser comprar Argentina y vender Brasil, algo inimaginado hace un año.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=831473