• Es récord la cifra de pases pasivos al BCRA: $ 33.000 millones al 9,5% anual
La fuerte suba de tasas que impulsó el Central a partir de enero tuvo resultados concretos: no sólo se frenó la corrida cambiaria, sino que además los plazos fijos en pesos se recuperaron en forma acelerada, aprovechando los mayores rendimientos y la estabilidad del tipo de cambio. Esto les permitió a los bancos recuperar liquidez, al punto de que es récord el nivel de colocaciones de corto plazo en el BCRA: los pases pasivos a siete días suman $ 33.000 millones.
Pero un detalle no menor es que esos fondos que se colocan en el Central están a una tasa bajísima: apenas el 9,5% anual para el plazo de siete días. Representan, sin embargo, una fuente adicional de absorción monetaria, que se agrega a las Lebac y las Nobac que semanalmente emite el Central.
De hecho, si se observa el balance de la expansión monetaria, que cayó a apenas el 15% interanual en los primeros cuatro meses del año (al menos hasta el 25 de abril, último dato oficial), las dos principales fuentes de absorción de la entidad que preside Juan Carlos Fábrega son las siguientes: colocación de títulos ($ 46.000 millones) y luego los pases efectuados por los bancos (otros $ 27.000 millones).
Esto demuestra, por otra parte, que los bancos dejaron de prestarle al sector privado (de hecho el financiamiento se encuentra estancado en lo que va del año), pero, sin embargo, aumentaron sustancialmente las colocaciones en instrumentos ofrecidos por el Central, por un total de nada menos que $ 73.000 millones. Se nota así un efecto conocido como "crowding out", donde el Estado desplaza a los privados en la búsqueda de financiamiento.
El detalle es que los $ 33.000 millones que actualmente los bancos tienen colocados en pases pasivos están a una tasa extremadamente baja, apenas el 9,5% anual. Se trata, por lo tanto, de una suerte de gran colchón de liquidez que las entidades mantienen sin destino y prefieren, mientras tanto, colocarlo en el BCRA. El problema es que en la medida en que se pagan tasas altas por plazos fijos, superiores al 26% anual en promedio, colocar a menos del 10% anual no parece un negocio demasiado tentador, aun cuando se trate de operaciones de corto plazo.
Este panorama ya comenzó a presionar sobre las entidades, que precisan que se recupere el circuito crediticio. La caída del nivel de actividad, pero sobre todo el fuerte aumento de las tasas activas, impactó negativamente en la evolución del crédito. Ahora los bancos precisan reactivar el crédito para recuperar cierto margen en la intermediación financiera. En términos interanuales, los plazos fijos ya crecen a tasas superiores al 40%, pero el otorgamiento de préstamos al sector privado se achicó a menos del 29% anual.
Por eso, algunas entidades empezaron a bajar las tasas de los préstamos personales (que en algunos casos llegaron a un costo financiero del 100%). Sin embargo, el ajuste parece insuficiente como para reactivar la demanda crediticia en el corto plazo.
La reaparición de cuotas sin interés, especialmente para electrodomésticos, demuestra que está en camino cierta flexibilización en materia crediticia, relacionada con la recuperación de reservas y la estabilidad cambiaria. Sin embargo, por ahora no hay posibilidades de que esta disminución de tasas resulte más contundente. Habrá que esperar a que el Central continúe bajando los rendimientos de lo que paga para la colocación de Lebac y Nobac, algo que podría suceder en mayo, tal como ya en abril.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=739351