Las dos terceras partes de las mismas están compuestas por pagarés emitidos por el Ministerio de Economía y Adelantos Transitorios
Las reservas internacionales del Banco Central retomaron la dinámica bajista en 2015, tendencia que se profundiza aún más cuando se observa la frágil composición del activo que la entidad informa en sus balances.
Del activo total, apenas el 19% son reservas internacionales, es decir divisas, oro y títulos que se pueden hacer líquidos de forma casi inmediata. A fines de octubre de 2011, cuando el Gobierno decidió establecer el «cepo» cambiario, las reservas significaban el 48,5% del activo.
En la actualidad, la mayor parte del haber está compuesto por «pagarés» emitidos por el Ministerio de Economía, entre Letras Intransferibles del Tesoro Nacional (44,3% del activo) y Adelantos Transitorios (21,2%). Las primeras duplican a las reservas y los segundos ya las superan.
Las Letras Intransferibles son títulos en dólares que el Tesoro le da al Central a cambio de las divisas con las que se cancelan vencimientos de deuda soberana. Los Adelantos Transitorios son títulos que el Tesoro entrega a cambio de pesos, que se utilizan para pagar gastos corrientes, en un presente de elevado déficit fiscal.
Por lo tanto, un 65,5%, casi dos terceras partes del activo del Banco Central, son papeles de deuda que el Gobierno le coloca para financiarse, sin rendir tasa de interés alguna. Por esa razón hay economistas que consideran que si se descuentan esos títulos del Tesoro el BCRA tiene patrimonio neto negativo.
Al enfocar el análisis en el 19% del activo total que constituyen las reservas internacionales también aparecen datos alarmantes.
Un estudio realizado por el ex presidente del Banco Central Martín Redrado señala que de los u$s27.600 millones de reservas que el BCRA informó en su último balance, actualizado al 15 de octubre, unos u$s11.100 millones (el 40,2%) correspondían a préstamos de corto plazo, es decir créditos del Banco Central de China, por el «swap» de monedas con el gigante asiático, y otros asumidos con el Banco Central de Francia.
El trabajo de Redrado cuantifica en u$s9.200 millones los depósitos en moneda extranjera en bancos, que el BCRA anota como reservas en concepto de encajes, y reduce a u$s6.720 millones las reservas netas que dispone la entidad para afrontar compromisos «cash» como los pagos de deuda, ventas en el mercado de cambios o importaciones de energía.
En una proyección a diciembre, Redrado estima que los créditos de corto plazo aumentarán a u$s13.100 millones, que con reservas en u$s27.000 millones, alcanzarán el 48,5% del total de activos líquidos, mientras que las reservas netas disponibles quedarán reducidas a unos u$s3.500 millones para cuando asuma el próximo Gobierno.
El pasado mes de junio el BCRA emitió un comunicado en el que aclaró que no contabiliza entre sus reservas internacionales líneas de crédito del Banco de Francia ni financiamiento del Banco de Pagos Internacionales (BIS) de Basilea, según afirma El Cronista.
Pero dentro del pasivo total, el ítem «Otros Pasivos», donde se calzan los yuanes del «swap» que sostienen el activo, tuvo un crecimiento exponencial de 338,6% en los últimos doce meses, desde que se empezaron a activar los diversos tramos del intercambio de monedas con China el 30 de octubre del año pasado.
Otros Pasivos sumaban $32.663,3 millones el 23 de octubre de 2014, equivalentes a unos USD 3.847 millones según el tipo de cambio de referencia de entonces, en 8,4895 pesos. En el último balance del Central treparon a $143.243,8 millones, unos USD 15.105 millones, equivalentes al 54,7% de las reservas internacionales de USD 27.636 millones el 15 de octubre último.