Entre diciembre y febrero Sturzenegger aspiró $ 95.000 millones con sus letras, pero su capacidad de absorción se agotó. La entidad dijo que el objetivo de absorción está cumplido, ahora usará las tasas como herramienta anti inflacionaria. La Lebac corta quedó estable en 38%
El Banco Central (BCRA) aprovechó la calma en el mercado cambiario para mantener sin cambios las tasas de las letras con la que regula la masa monetaria y anunciar un cambio en su estrategia anti inflacionaria.
Los fuertes vencimientos de Lebac generados por la contracción monetaria de principios de año dificultan seguir aspirando pesos por lo que ahora buscará atacar los precios con objetivos se tasas: la letra a 35 días quedó ayer en 38% anual y la base monetaria se expandió en $ 7100 millones. La inflación del 4% mensual que informó la Ciudad de Buenos Aires en febrero sigue siendo la principal preocupación.
La política de ataque a la inflación por la vía de la reducción de los agregados monetarios que lleva adelante el BCRA encontró límites generados por ella misma. Cada martes, la entidad licita letras Lebac entre bancos que las utilizan para invertir depósitos que no logran colocar como préstamos. La operación tiene efecto monetario: si el monto de las nuevas colocaciones es mayor a los vencimientos de emisiones pasadas, la cantidad de dinero que circula en la economía se reduce y se dice que se «aspiraron» o «esterilizaron» pesos. Por el contrario, cuando los vencimientos superan al monto colocado la masa monetaria se expande.
Entre diciembre y febrero, previa suba de tasas de Lebac, Sturzenegger y los suyos retiraron casi $ 95.000 millones de la calle por esta vía. Pero eso se revirtió este mes: con lo inyectado ayer ha expandido cerca $ 20.000 millones la masa monetaria desde que empezó marzo.
La base monetaria se expandía 45% al final del Gobierno previo. Esa velocidad de crecimiento se desaceleró hasta llegar al 29% la semana pasada. Pero la capacidad de la autoridad monetaria de seguir contrayendo está casi agotada, al menos si no se desea llevar la tasa de interés a niveles que frenen a cero la actividad.
«Realizada esa tarea inicial de absorción, el Banco Central está transitando hacia una política en la que el instrumento principal es la tasa de interés», dijo la entidad en un comunicado. El problema es que para no volver eternas a las tasas altas el BCRA usó una «curva invertida», es decir, pagó tasas más altas por las letras a plazos más cortos que por los papeles a más de 100 o 200 días. Así, los bancos y particulares que tomaron las Lebac prefirieron los 35 días de plazo. Hasta la semana pasada el 49% del stock de Lebac eran letras a menos de un mes de plazo.
El resultado fue que pocas semanas después de esterilizados, esos pesos volvieron al sistema en forma de vencimientos. Ayer vencían $ 49.928 millones en Letras, prácticamente el 9% de la base monetaria. De ahí que aún con una tasa por demás atractiva del 38% anual y suscripciones por $ 44.801 millones la aspiradora de Sturzenegger escupa pesos en lugar de absorberlos.
«Si quiere absorber todo tiene que poner la tasa encima del 39%», comentó un operador de un fondo de inversión ayer, antes de que se conocieran los resultados de la colocación. «Hoy la call estuvo muy alta, cerca de 45%. Las tasas para mañana estaban por arriba de 40% y ahora se terminó cotizando al 39% en la parte bien corta. O sea, esperan más liquidez», agregó.
La sensación en las mesas es que las grandes esterilizaciones de pesos son cosas del pasado. Ahora el BCRA debería conformarse con renovar tantos vencimientos como sea posible para consolidar la contracción monetaria de los últimos meses.
«Nosotros esperábamos que mantuvieran la tasa estable. Creemos que hubo una lección aprendida en febrero, cuando el BCRA intentó bajar la tasa de Lebac y el dólar y los precios se dispararon», comentaron en un banco. «Y, por otro lado, nuevas subas de la tasa pueden ser muy costosas para una economía que ya sufre contracción del crédito», agregaron.