Un año atrás, por cada dólar que liquidaban e ingresaban los exportadores al mercado cambiario, el Banco Central se quedaba con 0,61 de dólar a través de sus compras. Hoy esa relación pasó a sólo 0,10 de dólar.
Esto refleja en parte el problema del sector externo que enfrenta el Gobierno y explica el cúmulo de restricciones y limitaciones que viene aplicando desde fines de 2011. En el primer semestre de 2012, las liquidaciones de divisas de CIARA (exportaciones de cereales y aceites) sumaron casi u$s 12.000 millones. En dicho período, el BCRA intervino comprando poco más de u$s 7.360 millones. Este año, CIARA liquidó aproximadamente u$s 12.800 millones y el BCRA sólo compró cerca de u$s 1.280 millones.
Pero más allá de las significativas menores compras de divisas del Central, el dato que encendió las alarmas del Palacio de Hacienda es la caída de las reservas. Basta con señalar que en la primera parte del año pasado prácticamente la variación de las reservas fue nula (cayeron menos de u$s 30 millones). En cambio, en 2013 las reservas del BCRA acusan una disminución de más de u$s 6.100 millones (apenas superan los u$s 37.000 millones).
En parte, el menor superávit comercial, que significa unos u$s 2.000 millones menos respecto de las estimaciones oficiales (debido no sólo a la caída de ventas externas, sino principalmente al aumento del déficit del sector energía), es un factor determinante de la menor oferta. Pero es la demanda de divisas la que explica la pérdida de reservas del BCRA.
Por un lado, las importaciones crecieron en el primer semestre del año más del 12% interanual, cuando en el mismo período de 2012 cayeron casi un 6% interanual. A esto se suma el abrupto ajuste que experimentaron los préstamos financieros externos. Vale recordar que en 2011 ingresaron en el primer semestre más de u$s 3.150 millones vía financiamiento externo. El año pasado hubo cancelaciones de líneas comerciales y financieras por u$s 1.150 millones y este año ocurrió lo mismo con una caída de u$s 1.890 millones. Pero el principal canal de fuga de divisas se ha erigido en el turismo. Por esta vía se fueron más de u$s 2.200 millones en el primer semestre del 2011, más de u$s 3.300 millones en el mismo período del 2012 y este año se calculan casi u$s 5.900 millones.
Hay que tener en claro que todo esto se dió en un contexto de buenos precios internacionales de las materias primas, una buena cosecha (en particular la gruesa) y con cepo cambiario, y con restricciones a las importaciones. Es casi seguro, e inevitable, que tras las elecciones lleguen nuevas medidas para fortalecer al sector externo y sobre todo la posición de reservas.
Ahora bien el panorama del deterioro de las reservas del BCRA sería más inquietante dado que según estimaciones privadas la caída de las reservas en el primer trimestre casi duplica el dato oficial. Para el gobierno cayeron u$s 2.844 millones. Sin embargo, un informe del Estudio Broda calcula que la merma supera los u$s 5.300 millones, como resultado de 617 millones de una oferta adicional proveniente de la reducción en la posición general de cambio de los bancos (solicitada por el BCRA), más 865 millones de asistencia de la Anses que le llevó divisas al BCRA y otros 1.000 millones que figuran como un financiamiento excepcional obtenido por ENARSA para importar energía.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=696138