Complementará la tasa con un seguimiento de los agregados monetarios. Analistas lo ven útil para parar una corrida cambiaria, pero dudan del mediano plazo
El Consejo de Política Monetaria del Banco Central (CPM) dijo ayer que complementará a la tasa de interés de referencia con un seguimiento más atento a los agregados monetarios, la oficialización de un abordaje más orientado a controlar la cantidad de dinero que su precio.
La entidad conducida por Luis Caputo marcó así un giro contundente respecto de la orientación que seguía bajo las órdenes de Federico Sturzenegger y acompañó esa señal con cambios operativos: las decisiones de tasa serán mensuales en lugar de quincenales, serán decididas por votación dentro del CPM y se usarán encajes y Lebac para regular la cantidad de dinero. La tasa quedó estable en 40% y el sesgo permanecerá restrictivo hasta tanto la inflación y las expectativas se ajusten a la meta del 17% para 2019.
El equipo de Caputo continuará persiguiendo una meta de inflación con tasas de interés como instrumento, pero se complementará con un seguimiento de los agregados monetarios.
En primer lugar, se considera que, en la transición hasta alcanzar tasas de inflación de un dígito, el esquema de metas de inflación con la tasa de interés como único instrumento de política monetaria debe ser complementado por un seguimiento más atento a los agregados monetarios, dijo el comunicado y añadió que medidas como las subas de encajes bancarios de las últimas semanas, junto con intervenciones en el mercado secundario de Lebac, podrán ser utilizadas con ese fin.
El comunicado destacó que el M2 privado (el dinero transaccional) crece al 23,7% anual, lo que está por debajo de la tasa de inflación, y que la base monetaria lo hace al 31,1% anual. Pero también anunció que ha comenzado a monitorear una base monetaria amplia, que incluye todos los pasivos de la entidad con los bancos (pases, Leliq y Lebac) y el Bote 2020 con el que se permite cubrir los requisitos de encaje. Esa medida de la cantidad de dinero en la economía creció un 27,6% interanual, detalló el comunicado, por debajo del máximo del 46,69% interanual alcanzado en mayo de 2017.
Vemos el riesgo de inconsistencias en las políticas porque uno no puede controlar simultáneamente los precios (tasas) y las cantidades (cantidad de liquidez), analizó un informe de Goldman Sachs.
Lo de agregados no me parece mal para manejarse en contexto de corrida cambiaria. Pero cuando se tranquilice la situación es probable que se revierta la demanda de dinero. Y ahí los agregados van a crecer más que el objetivo de inflación. Hoy les juega como un argumento a favor pero mañana les va a ser contraproducente por exigirles tasas excesivamente elevadas. Ese problema podemos tener en el 2019, así que espero que no lo tomen muy en serio en un futuro no muy lejano, comentó Gabriel Zelpo de Elypsis.
En el aspecto más operativo el CPM pasará a tener un rol resolutivo en lugar de asesor (hasta ahora el presidente decidía la tasa por recomendación, ahora se definirá por votación), los votos de los miembros serán públicos y las reuniones serán una sola vez por mes (en lugar de dos). La próxima reunión será el 7 de agosto.
Los hombres de Caputo reconocieron riesgos alcistas para la inflación en caso de un traspaso del tipo de cambio a los precios minoristas mayor al previsto. No obstante, el comunicado sostiene que un camino decreciente para el gasto público, el compromiso del BCRA de dejar de financiar al Tesoro y la reducción de liquidez deberían comenzar a ayudar a contener la inflación.
La aceleración de la inflación en junio refleja los efectos directos e indirectos de la reciente inestabilidad cambiaria. Según la entidad, si bien las expectativas del mercado volvieron a elevarse en la última medición del REM, los últimos datos disponibles muestran una desaceleración de la inflación a partir de julio.