El BCRA vendió u$s 305 millones el viernes para cortar una tendencia demasiado lineal que llevó al dólar por sobre los $ 18. La oferta, además, se había hecho a un lado con lo cual no había quien frenara el avance. Fue la primera venta oficial en 13 meses, aunque confían en que será excepcional. El BCRA insiste en que no hay un objetivo de dólar. Hay expectativa para ver si la intervención fue suficiente
Un tendencia alcista demasiado lineal, poco volumen operado y la oportunidad de sacar algunos pesos de la calle fueron algunos de los motivos que se mencionan para explicar por qué el viernes pasado Banco Central (BCRA) intervino en el mercado cambiario por primera vez en 13 meses. Fuera del autoridad monetaria agregan otros: la cercanía de las elecciones y el riesgo de un traslado a precios ayudan a entender la causa de que tras meses de suba de la divisa el Central volcó u$s 305 millones en una rueda.
Hoy, con el dólar por sobre $ 18, la expectativa estará en saber si la intervención fue suficiente.
En la calle Reconquista remarcaban que la venta no señaló un cambio de estrategia ni de una interrupción de la flotación libre sino de una de las intervenciones que se reservan el derecho de hacer en «circunstancias excepcionales». La última vez que la entidad hizo ventas para calmar al dólar fue el 30 de junio de 2016, día del último vencimiento de contratos futuros de la administración anterior. Antes lo había hecho en febrero, durante una disparada de la divisa. En esa ocasión, tras las ventas oficiales, hubo que esperar nueve meses para que el dólar volviera a estar en máximos históricos.
Uno de los elementos que decidieron a la mesa del BCRA a intervenir el viernes tras una escalada cuyo inicio se puede rastrear hasta mayo fue la caída en el volumen operado en el mercado único y libre de cambios.
El viernes cambiaron de manos u$s 778 millones bastante por encima de los u$s 500 o u$s 600 millones habituales, pero prácticamente la mitad en las últimas horas rueda. Muchos operadores, sobre todo potenciales oferentes de divisas como los exportadores, se habían hecho a un lado a la espera de ver dónde se detenía el precio. Así, no había freno posible al precio.
El otro motivo, más sencillo, es que la dolarización de carteras estaba tomando forma de corrida. Un cosa es una suba y otra muy distinta una tendencia definida. Esa línea recta era la que debía ser interrumpida.
Por último, se jactan en el banco, la ocasión sirvió para sacar $ 5419 millones de la calle sin el costo financiero que implica hacerlo vía Lebac (curioso, porque el BCRA dice no mirar agregados monetarios).
El dólar mayorista acumula un avance del 7% en julio, del 12% en lo que va del año y del 20% en el último año. Con lo cual, se puso bastante al día respecto del nivel general de precios (la inflación acumuló 12% en el primer semestre y 22% junio contra junio).
Operadores sumaban, además, el componente electoral. Llegar a las legislativas con un dólar desbocado no parece lo más conveniente para un Gobierno que aspira a que las urnas avalen una profundización de su programa económico y político.
El factor electoral puede, incluso, forzar nuevas intervenciones dado que el ajuste del dólar que en un inicio puede haber obedecido al rojo de las cuentas externas (rojos comerciales en plena cosecha y fuga de divisas por turismo) hoy se atribuye más que nada a encuestas que auguran una derrota oficialista en la Provincia de Buenos Aires.
Por último, lo que llamó la atención el viernes fue que el BCRA no interviniera pos su cuenta, sino que ordenara al Provincia y al Nación volcar sus divisas. El sentido, explican, es que en lo posible la autoridad monetaria evite aparecer en la pantalla de operaciones asociada a un precio de la divisa. Sería una forma de intentar convencer respecto a que no hay un objetivo de tipo de cambio ni una banda de flotación.