En julio la demanda de dólares de los minoristas reflejó el nivel de desconfianza. La tradicional puja dólar-tasa es algo bien conocido por el ahorrista local. Cuando el precio del dinero no logra compensar el temor y la desconfianza el Banco Central está complicado. ¿Qué hará este mes?
Sobre el cierre de agosto, y en forma sorpresiva, el Comité de Política Económica (COPOM) del BCRA elevó la tasa de referencia 150 puntos al 60% anual (de las Leliq a 7 días) y no bajarla hasta diciembre. En esa jornada, el dólar alcanzaba precios de $40. Mientras continúa la renegociación del programa con el FMI (en pos de anticipar los desembolsos programados para 2020 y parte del 2021, e incluso aumentar el monto del programa), mañana se vuelve a reunir el COPOM y todos descuentan que el BCRA mantendrá la tasa sin cambios y el sesgo contractivo. Es que el desafiante contexto inflacionario y cambiario no le da margen para relajarse. Es más, al tener las expectativas inflacionarias desancladas, el BCRA deberá ser extremadamente cauteloso al calibrar la política monetaria.
Está claro que, al parecer, ya no hay tasa de interés que seduzca a los pequeños y medianos ahorristas. En julio se lanzaron como un «black friday» a comprar dólares. En agosto, las estimaciones preliminares indican que si bien puede haber cedido el monto total de atesoramiento, ante el ajuste de las cantidades vía precio, la presión cambiaria se hizo sentir a pleno. Es que cada vez más personas compran dólares. A esto se suma que las consultoras que monitorean la inflación proyectan un agosto muy cercano al 4%. Mientras los bancos de inversión hablan de una inflación anual del 45%.
Poco más de una semana atrás el BCRA ya aplicó una nueva dosis de dureza monetaria con un choque de tasas y una mayor restricción de la liquidez. Así las tasas de las Lebac en el secundario se elevaron al 64% anual, el call money más del 58% y los Repo a un día al 51%. Esto puede surtir efecto sobre los grandes inversores, sobre todo los fondos comunes, o sea, desalentando los rescates y su traspaso al dólar.
La rica y extensa historia de crisis cambiarias y financieras locales evidencia que al público en general, llega un momento que el nivel de incertidumbre y desconfianza no lo compensa ninguna tasa de interés nominal ni real. Por ello, en el mercado desconfían de la efectividad de esta estrategia de tasas de bombero. El manejo histórico de la compra minorista de dólares es defender el dinero en el bolsillo frente a la aceleración inflacionaria y la depreciación del peso frente al dólar. Por ende, el tema de la liquidez es clave. Por ello extrañó que el mes pasado el BCRA dejara tantos cientos de miles de millones sueltos por el mercado. ¿Volverá tropezar con la misma piedra este mes el BCRA? Veremos, por lo pronto la próxima semana se viene un nuevo supermartes de Lebac, en medio del programa de desarme del stock en manos de minoristas pactado con el Fondo. ¿O bien, también se renegociará este ítem del programa, que en realidad fue pergeñado por Sturzenegger y ahora Caputo y Cañonero honrarán el compromiso?
Cabe señalar que el BCRA aspira a que los bancos hagan su «aporte «y eleven los rendimientos de los depósitos a plazo aunque este movimiento no iría al centro del problema. Se intenta que la transmisión de las mayores tasas de referencia y la suba de los encajes no solo absorban liquidez excedente sino contengan el avance de los precios. Si bien en las últimas jornadas hubo cierta paz cambiaria, nadie descuenta que la demanda potencial aún está agazapada y presta a lanzarse apenas vea una ventana de oportunidad. Urge recibir buenas señales desde Washington y que el riesgo país siga retrocediendo.
Fuente: http://www.ambito.com/933199-bcra-el-desafio-es-contener-al-publico-con-la-tasa-al-60