Se trata de la sexta reunión consecutiva que no decide cambios. La autoridad monetaria volvió a remarcar que tiene la capacidad de subir el rendimiento en caso de ser necesario y que las intervenciones en el mercado de cambios son un complemento de las metas de inflación, no un sustituto.
Sin sorpresas, el Banco Central volvió a mantener la tasa de política monetaria, el centro del corredor de pases a siete días, en un 27,25% por sexta vez consecutiva. En esta oportunidad el organismo tomó en cuenta el aumento de la inflación esperada para 2018 registrado en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del 19,9% al 20,3% para el nivel general y del 17,1% al 18,1% para el componente núcleo, mientras que para los próximos doce meses avanzó del 17,6% al 17,8%. También se registraron alzas en las proyecciones para 2019 (pasó del 14% al 14,3%) y 2020 (del 9,7% al 10%).
La autoridad monetaria reconoció que las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia que monitorea sugieren que «la inflación núcleo de abril se mantendrá en registros elevados, aunque inferiores a los de marzo». Pero considera que la aceleración de la suba de precios de los últimos meses es transitoria y se debe a los fuertes aumentos en los precios regulados, que se desacelerará fuertemente después de abril, y a la rápida depreciación del peso entre diciembre y febrero. Destacó que cuando se superen estos factores transitorios la inflación consolidará su tendencia a la baja debido a diversos factores.
El BCRA destacó que la política monetaria es más contractiva que la observada durante la mayor parte del año pasado. En ese sentido, la consultora ACM estimó que las tasas de interés reales, «en este período del año rondaron el 9% en términos de expansión de agregados monetarios». «Se ve una desaceleración del M2 privado, pero que aún se expande a un ritmo del 29,6% interanual en los últimos 30 días, mientras que el año anterior el mismo alcanzaba el 31,6%, pero con una inflación que se reveló finalmente elevada», explicó. En tanto, el organismo que lidera Federico Sturzenegger remarcó que «las negociaciones salariales están pactándose de manera consistente con la meta del 15%» y que «el nivel relativamente elevado del tipo de cambio real y la propia acción del BCRA llevan a no prever depreciaciones significativas del peso en los próximos meses», de modo que funcionarán como ancla para la inflación en 2018.
Por otra parte, en las últimas semanas, el BCRA continuó interviniendo para sostener el valor del peso, «en la convicción de que una mayor depreciación a la ya ocurrida no estaría justificada, ni por los impactos económicos reales ni por el curso planeado de su política monetaria y que, de no evitarse, tendría el potencial de ralentizar el proceso de inflación». Y volvió a remarcar que esta intervención es un «complemento y no un sustituto de la política monetaria», reafirmando así la intención de seguir con la política de metas de inflación. En este marco, ACM consideró que «el BCRA indica explícitamente que no espera depreciaciones significativas del peso durante los próximos meses como una invitación a que aparezca la oferta privada de dólares de parte de exportadores y para los que quieran apostar al carry trade».
Asimismo, el organismo oficial remarcó que está dispuesto a subir la tasa en el caso de que la inflación no se ajuste al sendero buscado para alcanzar la meta del 15% para este año. Es por ello que ACM destacó que el organismo «basa su confianza en que se desacelerará la inflación en los próximos meses debido a que se terminan los ajustes de precios de bienes y servicios regulados, no obstante, existe el riesgo que nuevos aumentos de transporte en mayo (subtes) y junio (resto), sumado a los efectos de segunda ronda de los ajustes tarifarios podrían ser factores de riesgo para continuar en el proceso de desinflación».
Fuente: http://www.ambito.com/917847-el-bcra-mantuvo-la-tasa-en-2725-por-temor-a-la-inflacion