La mayor demanda de divisas de cada elección puede interferir con el plan monetario. Por eso, no quieren que fondos golondrina extremen los movimientos
El Banco Central (BCRA) no quiere que el proceso electoral eche por tierra su programa de estabilización. Por eso, desde la entidad conducida por Guido Sandleris, están monitoreando los ingresos de capitales con el objetivo de que no se formen posiciones grandes en activos en pesos de capitales golondrina. Tras la experiencia de una salida abrupta de fondos o shore que estaban haciendo tasa para obtener ganancias en dólares con Lebac, que fue la señal de largada de la corrida contra el peso de éste año.
Fuentes del BCRA dijeron que identifican al proceso electoral del año que viene como uno de los potenciales focos de tensión para el nuevo esquema monetario que, si bien pone el énfasis en el control de la cantidad de dinero, necesita de una cierta estabilidad cambiaria para que el intento por desacelerar la inflación tenga éxito.
En ese sentido, las fuentes dijeron que buscan administrar ese riesgo a través del monitoreo de los flujos de inversiones desde el exterior.
«Estamos asegurándonos de que no se formen posiciones volátiles que luego puedan irse rápidamente», dijeron fuentes del BCRA. «Conocemos a los fondos y los datos de flujos cambiarios, de esa manera sabemos que ahora esas posiciones son menos significativas», agregaron.
Durante la gestión de Federico Sturzenegger en el BCRA, que llegó a su fin a mediados de junio pasado en plena corrida contra el peso, la entidad había llegado a admitir que alrededor del 8% del stock de Lebac estaba en manos de fondos offshore. Al cierre de 2017, de acuerdo al stock de Lebac y al tipo de cambio vigente de ese entonces, eso significaba algo menos de u$s 5000 millones. Ahora, estimaron, la cifra representa la décima parte de aquel nivel.
Un punto importante es que la autoridad monetaria no quiere ser sospechada de imponer controles de capitales, algo que dificultaría la pertenencia de la Argentina a clubes en los que el Gobierno quiere estar, como el índice de Mercados Emergentes de MSCI o la OCDE, que los permite sólo como un último recurso.
«Tenemos recursos regulatorios para esto, pero no va a haber controles de capital, lo que sí podemos hacer es poner mayores costos a esos movimientos», dijeron fuentes de la entidad.
Una regulación reciente en la era Sandleris ya se movió en esa dirección. El banco había detectado -y varios bancos privados ya estaban explotando el hueco regulatorio- que al tomar préstamos en el exterior, las entidades financieras podían financiarse en dólares, pasarse a pesos y así colocar letras Leliq, el principal instrumento de regulación monetaria actual, herederas de las Lebac.
Los funcionarios del BCRA entendieron que esa era una situación desigual en comparación con otras fuentes de fondeo: si los bancos toman depósitos en dólares o emitían un bono en moneda extranjera para fondearse tenían que encajar el 23% de lo que conseguían; en cambio al tomar una línea de crédito en el exterior el encaje era cero. A principios de noviembre la entidad homogeneizó las normas de encaje para cerrar ese hueco.
Al poder ser suscriptas sólo por bancos, cuyas tenencias en dólares también están limitadas por normativa oficial, el objetivo es que ese instrumento no sirva para ese tipo de apuestas.
Los flujos de ingresos brutos de inversiones de cartera de no residentes llegaron a u$s 765 millones en octubre y u$s 386 millones en septiembre (ésta último el número más bajo desde enero de 2017). En términos netos, mientras tanto, las inversiones de cartera muestran un flujo de salida desde abril.