• La entidad se quedó sin reacción ante las mayores expectativas de devaluación y sólo atinó a frenar importaciones
La acumulación de reservas que pretendía mantener el Banco Central empezó a trastabillar una vez que la Argentina cayó en default, el 30 de julio, al no poder cancelar el total del vencimiento del Discount en dólares. Y podría convertir en un imposible la meta de u$s 28.000 millones que prometió asegurar hacia fin de año el presidente de la entidad, Juan Carlos Fábrega.
En esta primera semana que pasó, la entidad oficial perdió u$s 58 millones de su stock e interrumpió así una tendencia que mantenía alcista hasta entonces, ayudada por el cepo cambiario y la mayor liquidación (estacional) de exportaciones. El balance empezó a ser negativo a pesar de que esta semana sus funcionarios se esforzaron por trabar casi todas las compras de dólares para importaciones.
Según estimaciones del sector, sólo en estos cinco días se "pisaron" u$s 300 millones en declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI). "El cuello de botella que están armando es una locura", alarmaron ayer en la mesa de dinero de un banco extranjero.
El organismo sólo pudo adquirir un total de u$s 90 millones en seis días. Es la suma de las intervenciones informadas a los medios por su oficina de prensa en este tiempo pero que, muchas veces, se escuchan bastante más favorables que las que finalmente se registran en su sitio web una semana después. Las reservas del Central cayeron, desde el 29 de julio hasta hoy, desde u$s 29.014 millones hasta u$s 28.955 millones.
El efecto del default en el mercado cambiario encuentra ahora sin mucha reacción al organismo. El anuncio que hizo el Gobierno sobre el fracaso de las negociaciones con los fondos buitre -y simultáneamente de las que llevaban adelante frente a ellos los banqueros nacionales- alimentó la presunción de que durante este segundo semestre (y bien entrado 2015) habrá mayor escasez de divisas en la economía local, por lo que Juan Carlos Fábrega deberá apurar la devaluación del peso.
Existen algunas herramientas ortodoxas que podrían evitar que el ajuste deba hacerse sobre el tipo de cambio, como la suba en las tasas de interés, la absorción de liquidez y el recorte en la asistencia que hace para cubrir el déficit del Tesoro nacional. Pero el funcionario prefiere evitar ahora cualquier confrontación con el Poder Ejeutivo luego de que trascendió el malestar oficial sobre su intervención en la pelea con los buitres.
Esta perspectiva de un dólar alcista disuade a aquellos exportadores que hasta hace poco preferían liquidar sus divisas en el mercado por temor a que el precio de los commodities fuera cada vez menor. Ante esta nueva resistencia de los sojeros (y en general de los grandes jugadores de la plaza cambiaria), el Central optó por trabar al máximo las órdenes de compra de dólares como no se había visto ni siquiera en los tiempos heterodoxos de Guillermo Moreno y Mercedes Marcó del Pont.
El endurecimiento del cepo cambiario, que se suma al rechazo que recibieron los monotributistas desde los primeros día de julio en la compra de dólar "ahorro", empieza a ser crítico para algunas grandes automotrices, que se ven forzadas a cortar lazos con proveedores por la demora en las autorizaciones de importaciones oficiales.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=753058