Ante los malos datos de inflación observada y esperada, el Comité de Política Monetaria endureció su postura y se comprometió a sobrecumplir la meta de base monetaria en los próximos meses.
El Banco Central (BCRA) arrancó marzo con la aspiradora encendida a máxima potencia para poder alcanzar su nueva meta de base monetaria para el mes de marzo. Tras el mal dato de inflación de enero, los retoques al esquema monetario implican menos pesos en la calle y un intento por empujar al dólar al piso de la zona de no intervención cambiaria en un contexto internacional que ya no es tan benigno como el de principios de año.
Luego del repunte de la volatilidad cambiaria en febrero, la decisión del Comité de Política Monetaria (Copom) de autoimponerse una meta de base monetaria más exigente de la acordada con el FMI lo obliga a forzar la máquina para reducir la cantidad de pesos en circulación, al menos por las próximas semanas.
Además, con un tope a las compras de divisas -también autoimpuesto- menor al del mes pasado, el panorama es de menos pesos de los esperados para marzo. Y, si todo sale como espera la entidad conducida por Guido Sandleris, con cierta apreciación cambiaria.
El viernes pasado el BCRA anunció un monto indicativo de $ 190.000 millones para su subasta diaria de Letras de Liquidez (Leliq), el instrumento con el que regula la cantidad de dinero. Finalmente, terminó tomando más ofertas de las que había anunciado, $ 197.018 millones, cuando en el día vencían Leliq por $ 165.126 millones. El resultado fue una contracción monetaria -cuando la licitación supera los vencimientos, se reduce el dinero en circulación- de $ 31.892 millones en el día.
Fue la primera muestra de una corrección en la evolución del saldo diario de base monetaria que va a tener nuevos episodios en el futuro cercano.
Y eso es porque la meta de base monetaria para este mes que surge del acuerdo con el FMI es de un promedio diario de $ 1,387 billón (resultado del tope acordado a la expansión monetaria, más el efecto de la inyección de pesos por compras de divisas cuando el dólar estuvo debajo de la zona de no intervención). Tras la absorción monetaria del viernes el promedio de base monetaria quedó unos $ 15.000 millones por debajo de la meta del mes, en torno al $ 1,372 billón.
Pero como el Copom decidió el 28 de febrero pasado que sobrecumpliría en $ 43.000 millones sus metas de base monetaria entre marzo y mayo, ante datos de inflación mayores a los esperados, ese nivel está todavía $ 25.000 millones por debajo de aquel que se autoimpusieron Sandleris y equipo.
«Para alcanzar la meta de esta mes el BCRA va a tener que mantener la aspiradora encendida durante la próxima semana o primera quincena del mes, de acuerdo a cómo se mueva el stock de pases pasivos» (otro instrumento del BCRA para regular la cantidad de dinero), dijo Gabriel Caamaño de Consultora Ledesma a El Cronista.
El sesgo anti inflacionario de la política monetaria que el Copom intenta reforzar está complementado además, desde la semana pasada, con un tope más bajo para la capacidad de compra de reservas por parte de la autoridad monetaria en caso de que el dólar vuelva a caerse de la zona de no intervención cambiaria. El Copom bajó ese límite de u$s 75 millones diarios a no más de u$s 50 millones por día, un movimiento que tiende a hacer más probable que el dólar se relaje cerca del piso de las bandas de intervención, con el resto de las variables estables.
«El anuncio del Copom (…) esta dirigido claramente a que el BCRA propicie una apreciación nominal del peso, la que surge de ponerse un límite más exigente por el lado de la esterilización monetaria, y restringir su capacidad de compra en el mercado de cambios», resumió la consultora ACM en un informe.
Sin embargo en las últimas ruedas, monedas, acciones y bonos emergentes vienen teniendo poca suerte, lo que implica flujo de salida de capitales de países como la Argentina. Ese clima externo, de mantenerse, implicaría una fuerza contraria a la que está tratando de ejercer el BCRA en el tipo de cambio.